Iker BIZKARGUENAGA
BILBO
CRISIS DEL CORONAVIRUS

Los casos caen en Nafarroa a mayor ritmo que cuando estaban subiendo

La velocidad a la que la incidencia del covid está cayendo en Nafarroa es mayor que la que tuvo en sentido contrario durante la escalada de octubre. Sin embargo, las cifras de nuevos contagios y la positividad siguen siendo demasiado altas, y la mejora epidemiológica aún no ha llegado a las UCI. Lakua confía en que la CAV empiece a estabilizarse.

La consejera navarra de Salud, Santos Indurain, insistió ayer en su mensaje de prudencia al valorar la evolución epidemiológica en Nafarroa, pues la cifra de nuevos contagios y la tasa de positividad siguen siendo demasiado altas como para pensar en otro escenario que no sea el de la cautela. Pero lo cierto es que la incidencia del covid-19 en ese herrialde está cayendo a mayor velocidad que la que tuvo en sentido contrario el mes pasado.

Los 242 nuevos positivos reportados ayer redujeron la incidencia acumulada en catorce días a 832,27 casos por cien mil habitantes, que son trescientos casos menos que el 1 de noviembre, cuando se alcanzó el pico de la segunda ola –1.132,12–, a partir del cual la afección del virus ha ido disminuyendo. Hasta ese día, y desde el 6 de octubre, no había dejado de crecer, llevando a Nafarroa a una situación crítica, pero la incidencia acumulada tardó más de dos semanas en aumentar en trescientos casos, del 15 de octubre al 1 de noviembre. De modo que la pendiente de la escalada fue más suave que la que se aprecia en este incipiente proceso de mejora.

Un 40% menos en una semana

Otro dato que ayuda a medir este evidente cambio de tendencia lo ofreció ayer el informe epidemiológico del Instituto de Salud Pública y Laboral de Nafarroa correspondiente a la semana del 2 al 8 de noviembre, según el cual durante esos siete días se detectaron 2.373 positivos por PCR o test de antígeno (360 casos por 100.000 habitantes), lo que supone una caída del 40% respecto a la semana anterior. La incidencia se redujo, además, en las tres áreas de salud, con descensos pronunciados en Iruñerria (202 por 100.000) y Tutera (358 por 100.000), y ligero en el de Lizarra (299 por 100.000).

Pese a ello, Indurain señaló que en la desescalada hay que «valorar todos los indicadores», los epidemiológicos, que van bien, pero también la situación hospitalaria, donde se ha producido un descenso en los ingresos totales pero no en las UCI, donde el martes había 69 pacientes, cuatro más que un día antes.

Las razones de este empeoramiento de la situación en las unidades de cuidados intensivos es, según expuso, el aumento de la edad de las personas contagiadas, el desfase temporal entre el contagio y el ingreso, y el aumento del tiempo de hospitalización. Por ello, insistió en «medir muy bien los ritmos de la desescalada». «Tenemos que seguir bajando y consolidar esta tendencia, porque tener más de 250 casos por 100.000 habitantes junto a otros indicadores asistenciales supone un riego muy alto», apuntó la consejera.

La CAV, hacia una «meseta»

Y si a Nafarroa le va a costar que la buena evolución epidemiológica se refleje en la presión asistencial, más complicado lo tiene la CAV, donde la incidencia ya está a la par –836,79–, pero cuya tendencia no tiene nada que ver.

A diferencia de Araba, que mantiene una dinámica bastante estable, Bizkaia y Gipuzkoa siguen sumando muchos casos cada día, y este último herrialde ya está con una incidencia de 1.101,37 casos por cien mil habitantes. Todos sus municipios de más de cinco mil habitantes, sin excepción, están en zona roja, la mayoría con más de mil casos.

La consejera de Salud de Lakua sostuvo, sin embargo, que «parece» que la pandemia se «acerca a la cima del gráfico de incidencia o al inicio de una meseta previa al descenso».

Gotzone Sagardui hizo estas declaraciones en el Parlamento, donde dio cuenta de la situación a los grupos, durante una comparecencia en la que estuvo acompañada por el viceconsejero Iñaki Berraondo. Este valoró que las restricciones «parece que empiezan a dar resultados», ya que la tendencia se ha «ralentizado», aunque la curva sigue siendo «suavemente creciente». La «sensación», dijo con «todas las cautelas», es que se llegará a la meseta «probablemente» a finales de esta semana y «en breve se alcanzará la estabilidad».

Berraondo señaló que el número reproductivo básico R0, que indica si la pandemia se expande o se contrae, «refuerza» esta tesis, ya que tras el pico de 1,49 registrado el 27 de octubre ha ido en constante descenso. Con todo, la consejera matizó que esto no significa que haya «una buena circunstancia», porque los datos son «preocupantes» en todos los herrialdes.