El prestigioso director afroamericano Lee Daniels (firmante de películas como “Precious”) no quería abordar la historia de Billie Holiday. Después de todo, ya se había filmado “Lady Sings the Blues” (“El ocaso de una estrella”), la película de 1972 con Diana Ross y Billy Dee Williams. Daniels quedó profundamente marcado por esas secuencias que le revelaron un inusual romance afroamericano como nunca antes se había hecho en el cine, y desde las entrañas de Harlem.

Finalmente, topó con un capítulo silenciado dentro de la ruta vital y profesional de Billie Holiday: la gran musa del jazz había sido una heroína olvidada de los derechos civiles que fue perseguida por el Gobierno estadounidense por su uso de las drogas y su canción de protesta “Strange Fruit”. Esta es la historia que cuenta “Los Estados Unidos contra Billie Holiday”, escrita por la dramaturga Suzan-Lori Parks, ganadora del Premio Pulitzer.

Según ha explicado el propio Daniels, «cuando topé con el guion, pensé: ¿dónde estuve estos 59 años? ¿Cómo es que no conocía esta historia cuando conozco la historia de todo el mundo, o eso pensaba, en cuanto a historia negra se refiere? Me hizo pensar sobre las muchas historias que no se cuentan y que desconocemos. Así que tenía que contarla».

La trama recorre una década vertiginosa en la que la cantante de jazz fue espiada y perseguida por el Federal Bureau of Narcotics. A partir de 1947, Holiday fue vigilada por un agente infiltrado con el que la cantante mantuvo una relación.

La autora del guion, Suzan Lori-Parks, tuvo como referente principal el libro de Johann Hari “Chasing the Scream: The First and Last Days of the War on Drugs”, que incide en la máxima de que Holiday fue sometida a una obsesiva persecución por parte del FBI que excedía los límites de la ley instaurada en la cruzada personal de J. Edgar Hoover bajo la denominación de «guerra contra las drogas».

El principal objetivo, según dicho libro, fue impedir que Holiday subiera a los escenarios y, sobre todo, que no tuviera la más mínima oportundiad de cantar el tema “Strange Fruit”, una de sus canciones más célebres y cuyos estribillos relatan una brutal escena de linchamiento de un afroamericano en el sur de Estados Unidos.

Para el responsable de dicha cacería, el racista Harry Anslinger –jefe de la agencia de narcóticos–, el objetivo principal fue truncar para siempre la carrera de la gran musa del jazz.

La encargada de meterse en la piel de Holiday, Andra Day, se llevó recientemente el Globo de Oro a mejor actriz de película dramática.

Tina, el dolor de la tigresa

La 71º edición de la Berlinale ha estrenado “Tina”, último capítulo en la larga confrontación de Tina Turner con su vida, desde su condición de mujer incombustible pero al mismo tiempo vulnerable, siendo víctima del maltratador Ike, su excompañero sentimental.

Rodado por Dan Lindsay y T.J. Martin, el filme responde al esquema clásico de todo documental sobre una estrella, aunque con cierto carácter de alegato contra la violencia de género. Tina fue una explosiva e idolatrada reina del soul.

Sobre el escenario siempre demostró una imparable fuerza telúrica, pero al mismo tiempo, y en cuanto los focos se apagaban, se transformaba en una mujer con miedo y a merced de un hombre posesivo y violento. Ike Turner, fallecido en 2007, aportó su apellido y fue su plataforma a la fama. A cambio, convirtió su vida privada en un infierno de violencia.

El documental repasa la larga secuencia de éxitos de la cantante, las cifras multimillonarias de ventas y los sucesivos golpes privados. Desde la infancia sumida en la pobreza de la niña que fue, llamada entonces Anna Maer Bullock, hasta el abandono de sus padres.

Los orígenes de su carrera musical están ligados a Ike, al que conoció en 1958. Su primera confesión sobre los maltratos de los que era víctima apareció en los 80 en forma de un artículo publicado en la revista “People”.

Ante la cámara de este documental, Tina revela que en su día le costó mucho decidirse a hablar de los malos tratos a los que estaba siendo sometida.

Siguiendo los cánones del género, el documental alterna imágenes de archivo de sus actuaciones más legendarias con material inédito y entrevistas. Entre estas últimas figuran las aportaciones de algunos colegas y compañeros del pasado, como Angela Basset y Oprah Winfrey, así como de su actual compañero sentimental, con el que comparte su existencia otoñal junto a un lago suizo.

La cantante afroamericana ha revelado sus pasajes vitales en propuestas literarias como “Yo, Tina”, en 1986; la película “Tina, Whats Love Got to Do with It” de 1993; y también un musical titulado “The Tina Turner Musical”, en 2018.