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TEL AVIV

Netanyahu se juega hoy la continuidad, pendiente de imprevisibles alianzas

En las cuartas elecciones legislativas en menos de dos años, Israel elige hoy repetir un Gobierno dirigido por Benjamin Netanyahu o una coalición en su contra tras una intensa campaña de vacunación contra el covid-19 que el primer ministro saliente enarbola como una victoria. El juicio contra Netanyahu por corrupción y abuso de poder que marcó las últimas elecciones todavía moviliza la protesta social, pero no parece desgastar el voto al siempre superviviente «Bibi».

El sistema proporcional que favorece el acceso al Parlamento de los partidos pequeños hace que el próximo Gobierno dependa de qué grupos logran el mínimo para entrar en la Knesset para tejer las alianzas a múltiples bandas.

Las últimas encuestas atribuyen al Likud de Netanyahu el primer lugar con alrededor de 30 de los 120 escaños, seguido por Yesh Atid, de Yair Lapid, con unos 20, y los partidos de derecha liderados por Gideon Saar y Naftali Bennett, cada uno con casi diez escaños. Detrás van casi diez partidos más.

Para conseguir la mayoría de 61 diputados Netanyahu busca una alianza con la derecha religiosa y la extrema derecha, y Yair Lapid, con partidos de centro y derecha decepcionados con el primer ministro. Netanyahu –que ha llegado a cortejar a los discriminados votantes árabes– necesita el apoyo crucial de Bennett sin que este último obtenga un resultado electoral demasiado bueno que lo coloque en una posición de fuerza para liderar la coalición.

Desde el inicio de la campaña, Bennett ha mantenido la vaguedad de sus intenciones, mostrándose tanto crítico como cercano a Netanyahu.

Si los anti-Netanyahu, por su parte, no logran la mayoría, tendrán que ver si pueden ganarse a Bennett o a los partidos árabes para desalojar al «Rey Bibi» que lleva doce años consecutivos en el poder.