Irati Jimenez
Escritora
JO PUNTUA

Transfobia

La transfobia no es nueva pero quizá lo sea la dimensión que ha tomado los últimos años, cuando las divisiones Panzer del patriarcado han querido evitar los avances por los que las luchadoras transfeministas llevan años trabajando. Y lo han hecho, tristemente, con la ayuda de mujeres cis que, definiéndose como feministas, no solo proclaman tesis anticientíficas que igualan el género con la genitalidad, sino que niegan la situación de extrema vulnerabilidad de las personas transexuales –cuyas tasas de suicidio nos deben avergonzar como sociedad–, y se oponen a algo tan radical, revolucionario y razonable como que sea cada persona la que pueda determinar su género. En vista, sobre todo, de que alguien tiene que hacerlo y en esto, como en la cuestión del aborto, son peores todas las opciones que delegan la decisión final en otros.

Como tratan de hacer siempre los odiadores que niegan su odio, el colectivo TERF (Trans-Exclusionary Radical Feminist o Feministas Radicales Trans-Excluyentes) se ofende ante las acusaciones de transfobia y se pregunta qué pasará cuando oleadas de hombres aprovechen la posibilidad de autodeterminarse como mujeres para entrar en los vestuarios femeninos para cometer agresiones sexuales, un escenario groseramente ofensivo para las personas transexuales que resulta tan probable como el parto de un unicornio y en el que el presunto agresor no es una mujer trans sino un hombre cis que también podría entrar a violar en las casas haciéndose pasar por butanero.

Lo peligroso del colectivo TERF es que nos distrae de la importancia trascendental de transformar la socialización de la masculinidad con hipótesis descabelladas que reducen el género a la genitalidad; lo inaceptable, es que lo hace de la forma más retorcida posible: apoyándose en el miedo patriarcal a los hombres para mantener una posición de poder dentro del feminismo mientras atraca a un colectivo que necesita protección actuando desde la misoginia interiorizada y con la violencia cobarde con la que siempre se nos ha atacado a las mujeres.