Amaia U. LASAGABASTER
PRIMERA

La Real sonríe en San Mamés

Las donostiarras, superiores, se llevan el derbi con un gol en propia puerta de Moraza.

ATHLETIC 0

REAL SOCIEDAD 1


Intercambio de honores entre territorios, con la victoria de la Sotera en Donostia y de la Real en Bilbo. Las donostiarras, que se colocan en el grupo cabecero de la clasificación –junto a Barcelona, Atlético y Alavés son ya las únicas que han firmado el pleno–, se hicieron con los tres puntos en el primer derbi disputado en San Mamés. Lo decidió un gol en propia puerta pero igualmente hizo justicia a una Real mejor.

El derbi arrancó con liturgia de partido grande. Txalaparta, bertso-derbi a cargo de Miren Amuriza y Amaia Agirre y homenaje a Ainhoa Tirapu, que recibió una camiseta con el dorsal 358 –sus partidos como rojiblanca– de manos de José Ángel Iribar y un bertso de Amuriza recordando que seguirá siendo un referente. Tampoco faltó la ofrenda a Pitxitxi, ante cuyo busto las capitanas Garazi Murua y Nerea Eizagirre depositaron un ramo de flores.

Y después, fútbol. A ratos, al menos, en el primer tiempo. Casi todo lo puso la Real. El Athletic, que saltaba con las novedades de Garazi, Azkona e Itxaso, ejerció de local tratando de llevar la iniciativa pero las donostiarras, que encararon el choque con la única novedad de Izarne Sarasola, estuvieron más acertadas en la toma de decisiones y más precisas en su aplicación. Aunque no fueron demasiados, cada balón en busca de sus puntas se tradujo en peligro para su excompañera Quiñones.

La afición, que se fue haciendo notar más conforme transcurrieron los minutos, trató de empujar a las suyas, que no acaban de conectar sobre el verde. Pero el gol fue para las visitantes. En el trece, tras los avisos de Amaiur y Franssi, Eizagirre botó dos córners consecutivos al primer palo y el segundo lo cabeceó Moraza a su portería.

Quiso reaccionar el Athletic, que se acercó más a Lete. Pero fueron las individualidades, más que el juego, las que generaron peligro a una Real que siempre se vio más cómoda y que incluso estuvo más cerca de marcar. Las dos entrenadoras movieron ficha en el descanso y el partido también cambió ligeramente, con el Athletic algo más vertical aunque Lete apenas tuvo que intervenir en un par de ocasiones.

Cercana la hora de juego, el partido se abrió. El Athletic atacó más y mejor pero también la Real respondió a la contra con igual, o mayor, peligro. En la recta final, con la afición volcada en su apoyo, las rojiblancas buscaron un último arreón, que Peke estuvo a punto de premiar con el gol del empate. Pero los puntos ya tenían dueño.

Las entrenadoras

Natalia Arroyo se reconoció feliz por la actuación de su equipo, que estuvo «muy bien», supo «leer los momentos del partido» y «lo dejó todo» para conseguir un premio que «nos reafirma». Iraia Iturregi lamentó que la reacción del segundo tiempo no se viera en el resultado. «Hemos intentado corregir errores pero hemos tenido demasiada precipitación cuando robábamos el balón», admitió.