El destino y los saltos temporales

La gran acogida que está cosechando tanto en Japón como en Occidente el estreno de la versión live-action del manga homónimo de Ken Wakiu ha dejado claro el componente de obra de culto que lograron las viñetas originales. Estas tuvieron una adaptación anterior en formato de serie que, a pesar de su éxito, despertó una gran ola de críticas negativas relativas sobre todo a la censura que padeció y que se concretó en la eliminación-ocultación del símbolo que abandera la pandilla de delincuentes juveniles que, bajo el nombre de Tokyo Manji Gang, portan una sauvástica. Esta es una variante de la esvástica cuyo milenario significado ancestral contiene las connotaciones positivas y diametralmente opuestas que definen a la tradicional esvástica abanderada por la ideología nazi.
Para evitar cualquier tipo de malentendido, desde Japón se optó por “ocultar” un símbolo que en la película actual, ha sido cambiado por otro. Dejando a un lado dicha cuestión, “Tokyo Revengers” es una vibrante montaña rusa en el que se combinan la violencia, la comedia y un abracadabrante toque de ciencia ficción relativo a saltos temporales que tienen por sentido incidir en cuestiones filosóficas relativas a la imposibilidad de alterar episodios pasados que parecen predestinados. El cineasta Tsutomu Hanabusa figura como responsable principal de esta puesta en imágenes del manga original y vuelve a descubrirse como un experto en la materia tras las anteriores adaptaciones que realizó de mangas como “Keep Your Hands Off Eizouken!”, “Grand Blue Dreaming” y “Eiga Osomatsusan”, ente otras. El cuidado perfil de los personajes, sus rocambolescas situaciones y un ritmo que no decae en momento alguno, son las principales virtudes de un filme que, dado el tamaño del manga de Wakiu, se ha visto en la obligación de acortar un buen número de situaciones, lo que provoca cierta desorientación.

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