Koen Bouwman aprovechó ayer en la séptima etapa del Giro entre Diamante y Potenza, con 196 kilómetros y 4.510 metros de desnivel, la superioridad numérica del Jumbo en la fuga y el trabajo de Tom Dumoulin para superar en el sprint a Bauke Mollema y Davide Formolo en una etapa de desgaste sin ataques entre los favoritos.

Solo hubo batalla, y grande, para formar la escapada y entraron Poels (Bahrain), Formolo (UAE), Dumoulin y Bouwman (Jumbo), Camargo (EF), Mollema (Trek) y Villella (Cofidis). El primero acusó los esfuerzos realizados en el inicio de la etapa y se quedó en la Montagna Grande di Vaggiano. Los otros seis pudieron disputarse la victoria al llegar a alcanzar una máxima ventaja de seis minutos porque los mejor colocados en la general, Bouwman y Mollema, estaban a cinco.

En el último puerto de La Sellata se quedaron por delante los dos ciclistas del Jumbo, Formolo y Mollema. Dumoulin se sacrificó por Bouwman, que sufrió en esa subida, pero se repuso. Respondió a los ataques de sus dos rivales, los superó en el sprint y además consiguió el maillot de la montaña.

Fin de semana atractivo

La octava etapa, con salida y llegada en Nápoles, presenta un recorrido propio de una clásica, con constantes subidas y bajadas y 2.200 metros de desnivel en 153 kilómetros que los favoritos afrontarán con la mente puesta en la durísima jornada de mañana con final en el Blockhaus.