Koldo LANDALUZE
CRÍTICA «JFK: Caso revisado»

La gran mentira americana

Oliver Stone continúa su personal caza de fantasmas en la trastienda americana que orquestó el magnicidio de John Fitzgerald Kennedy, uno de los presidentes más idealizados de la historia. Para abordar este documental resulta obligado centrarnos en las bases sobre las que se asienta y que nos remontan a 1991, cuando Oliver Stone se encontraba en su mejor momento creativo con el estreno de “JFK”.

Con dicho filme, Stone se empeñó en evitar que la conocida como “comisión Warren” y sus investigaciones no cayeran en el olvido. Por entonces, la idea de la gran conspiración que rodeó el magnicidio de Dallas se había asentado en la sociedad, pero la investigación estaba en un punto muerto.

El autor de “Platoon” amasó mucha información para desarrollar “JFK” y, a la espera de la desclasificación de los archivos secretos, ha querido recordarnos su personal epopeya fílmica dedicada al empeño que puso el fiscal Jim Garrison para demostrar que detrás del asesinato de Kennedy se encontraban la CIA los anticastristas, la mafia y el FBI.

“JFK: Caso revisado” es el altavoz por el que Stone clama a los cuatro vientos su versión y lo hace de manera obsesivamente reiterante. Todo en la pantalla está planificado para que la idea del director prevalezca sobre cualquier tipo de duda al respecto. El encadenado de secuencias es a ratos agotador y funciona como un martillo pilón, sin buscar nunca la pausa y la reflexión. Lamentablemente, semejante esfuerzo tan solo provoca apatía ante lo que estamos presenciando y su montaje frenético lo único que provoca es que las manecillas del reloj circulen más lento ante el incesante caudal de información que circula ante nuestros ojos. En su bienintencionado empeño por evitar que la gran mentira americana sea condenada al ostracismo, el director transforma a Kennedy en algo que nunca fue, ni pretendió ser.