Jon ORMAZABAL
ELECCIÓN DE MATERIAL PARA LA FINAL DEL MANOMANISTA

Ya falta menos... también para la gran final del Navarra Arena

En una Iruñea en la que, quien más quien menos, ya empieza a mirar al seis de julio, «ya falta menos...», también para la primera final del Manomanista a disputarse en la capital con dos aspirantes navarros a su primera txapela. Una elección con unos 200 pelotazales en las gradas, corroboraron que las ganas de final también son enormes.

La escalera previa ha tenido algún peldaño menos para Joseba Ezkurdia que para Unai Laso, pero tanto el de Arbizu como el de Bizkarreta-Gerendiain cuentan ya las horas que les quedan hasta la final más esperada del año, una cita a la que el cambio de sede parece haberle sentado de maravilla. Así, si en las diez últimas finales del Bizkaia solo se alcanzó el lleno en tres ocasiones –las dos de Irujo/Aimar en 2011 y 2012 y la de 2018 entre el de Goizueta y Jokin Altuna– con un aforo similar, las entradas para el Navarra Arena volaron en apenas horas en cuanto se confirmó la identidad de los dos aspirantes. La elección de material, una especie de txupinazo festivo, corroboró esta sensación con en torno a 200 pelotazales en las gradas. Dicen que las comparaciones son odiosas, pero en la elección previa a la final del Campeonato de Parejas apenas hubo media docena de curiosos en las gradas y en el último festival profesional, el de Zumaia, fueron 124 las personas que pasaron por taquilla.

«No pensaba que podía venir tanta gente a una elección, pero eso también es buena señal, que atraemos gente también a las elecciones, que no suelen ser muy divertidas. Creo que la gente también se ha acercado para ver el frontón, que muchos no lo habían visto. Alguno habrá venido a vernos a nosotros, pero sobre todo el frontón, que no abre las puertas todos los días», explicó Unai Laso.  

Su rival, que ya tuvo el honor de inaugurar el recinto iruindarra como sede de una final, en este caso la del Cuatro y Medio en 2018, también se mostró sorprendido con la expectación creada. «En la primera del Cuatro y Medio estaba lleno el frontón y había ambientazo, se generó mucho interés, pero yo creo que en esta más que en aquella. Al final somos los dos  navarros jugando en Navarra y la verdad es que se ha generado muchísimo interés, todo el mundo quiere estar en el frontón, hace tiempo que nos quedamos sin entradas y la verdad que es bonito que se vea a la gente con ese entusiasmo y esas ganas y a ver ahora lo que sale».

Material distinto

De ahí que el apartado del material con el que se disputarán la txapela, el motivo que los reunió en el Arena casi pasara a un segundo plano, algo que, desde que se instauró el sistema de hacer una preselección sin conocer el nombre de los finalistas se ha convertido en una tónica, algo que, sin duda, agradece el seleccionador, Martín Alustiza.

Y eso que, con la nula programación de partidos en los últimos tres años, su áspera pared izquierda y un frontis de bastante salida, el del Arena no sea el frontón más sencillo a la hora de seleccionar el material adecuado para ofrecer el mejor resultado. Con preferencias muy distintas, al menos los dos protagonistas quedaron satisfechos con lo que se encontraron. «El material es bonito, al final he sacado pelotas más vivas para tenerle más atrás a Joseba, esa va a ser mi estrategia. Las de él son más bajas, entiendo que para que le dé tiempo a ponerse», apuntó un Unai Laso que, todavía, tiene previsto volver a acercarse mañana por el Arena para un último contacto con la cancha iruindarra.

«Tengo claro cómo quiero jugar, lo difícil es hacerlo. Cada uno tiene lo suyo y a ver quién consigue hacerlo mejor», refrendó un Joseba Ezkurdia que ayer mismo realizó su último entrenamiento con Egiguren V como sparring, bajo la mirada de todo su equipo de confianza –incluido Juan Martínez de Irujo–.

La elección, junto a los sendos entrenamientos que ambos han realizado en el Arena, han servido también para que los dos finalistas se sacudieran las dudas que les generaba jugarse algo tan grande en un recinto tan desconocido. «Creo que el frontón es vivo, a mí me conviene, y a él cuando ataque también. Lo difícil es defender», apuntó Laso. Ya no queda nada.