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Rusia pisa el acelerador para tomar el Donbass

Rusia está acelerando la ofensiva en el Donbass, utilizando, según las autoridades ucranianas, «sus armas no nucleares más pesadas». En las últimas horas ha tomado y ha rodeado localidades clave en la operación. Estados Unidos se plantea entregar a Ucrania los lanzamisiles de largo alcance que lleva tiempo pidiendo, que podrían frenar el avance ruso, pero también pone a tiro infraestructuras, logística y localidades del territorio ruso.

La Presidencia ucraniana asegura que las tropas rusas están utilizando en su ofensiva «las armas no nucleares más pesadas», como sistemas de lanzacohetes móviles de largo alcance capaces de portar ojivas termobáricas y que pueden montarse en el chasis de un tanque.

El aviso da cuenta de la intensidad de la ofensiva rusa en el Donbass, que gana terreno pueblo a pueblo, pero que podría verse frenada por nuevas armas de los aliados occidentales de Kiev. De hecho, este es el propósito de la denuncia ucraniana, insistir en la exigencia de que EEUU le facilite los lanzamisiles de gran alcance MLRS.

«¿Quizá es hora de responder y darnos MLRS?», se preguntaba el asesor presidencial, Mijaylo Podolyak, criticando las reticencias de algunos aliados por miedo a una escalada en el conflicto. Los MLRS tienen un alcance de hasta 300 kilómetros según el tipo de munición empleada, lo que pondría a tiro no solo las tropas desplegadas en el Donbass, sino sus rutas de suministro y bases logísticas en Rusia.

Precisamente, la cadena CNN anunció que el Gobierno de Joe Biden se prepara para enviar a Ucrania ese tipo de armamento, dentro de un paquete de asistencia militar más amplio.

Uno de los lanzacohetes que podría empezar a enviar Washington es el Himars, de la misma familia del MLRS, más ligero y que puede también lanzar cohetes de largo alcance. Su movilidad –se dispara desde un vehículo– le permite, además, alejarse rápidamente para evitar el contraataque.

Antes de que llegue este armamento, las fuerzas rusas están acelerando la carrera por el control del Donbass y ya han roto las líneas ucranianas en Donetsk, tomando puntos clave en los planes de asalto final al distrito de Sloviansk-Kramatorsk.

La mayor parte de la ciudad de Liman, así como decenas de pequeños pueblos, ya no está bajo el control de las tropas ucranianas, que se han replegado 90 kilómetros al sur. Es una pequeña localidad de menos de 30.000 habitantes, pero un importante cruce de caminos que conduce directamente a Sloviansk, principal nudo ferroviario de la zona, a escasos 30 kilómetros.

Hacia allí, los rusos intentan avanzar por carretera en una maniobra envolvente.

Mientras, Severodonetsk, último bastión ucraniano en Lugansk, se encuentra prácticamente rodeado y las tropas rusas están ya en las afueras, después de semanas de bombardeos. Según las autoridades ucranianas, habría al menos 1.500 muertos desde el inicio de la guerra y el 60% de las casas de la ciudad han sido destruidas. Señalan que en las últimas 48 horas los rusos han bombardeado barrios residenciales, infraestructuras civiles y la planta química Azot.

Electos comunistas del Lejano Oriente, contra la guerra

Electos comunistas de la región de Primorsky, en el Lejano Oriente ruso, exigieron en una reunión de la Asamblea local el fin de la ofensiva en Ucrania. A pesar de intentos de otros diputados por silenciarlo, Leonid Vassiukevich, del Partido Comunista de la Federación rusa (KPRF), leyó un discurso en el que afirmó que «entendemos que si nuestro país no detiene el operativo de guerra, cada vez habrá más huérfanos. Durante el operativo militar quedan personas discapacitadas; son jóvenes que pueden aportar mucho a nuestro país». «Exigimos la retirada inmediata de las tropas rusas», concluyó. El gobernador de la región, Oleg Kojemiako, pidió privar de la palabra a Vassiukevich y a otro diputado comunista que lo había apoyado, acusándolos de «desacreditar al Ejército ruso (...) que lucha contra el nazismo». El líder del grupo comunista, Anatoly Dolgachev, prometió «las medidas más fuertes» contra sus colegas. El apoyo del KPRF a la ofensiva en Ucrania es oficial, pero no unánime. Tres diputados ya mostraron su rechazo en la Duma estatal.GARA