El joven afroamericano Jayland Walker, de 25 años, murió por disparos el pasado 27 de junio tras una persecución, después de que la Policía de Akron, en Ohio, le parara a cuenta de una supuesta infracción de tráfico.

Este pasado domingo, una semana más tarde, la Policía ofreció una rueda de prensa en la que ofreció explicaciones sobre lo sucedido e hizo públicas las grabaciones de las cámaras corporales de ocho agentes durante la persecución y el tiroteo. Al parecer, Walker no estaba conforme con las razones que los policías adujeron para pararlo y por eso no atendió cuando intentaron detenerlo. El joven no tenía antecedentes penales.

El jefe de la Policía de Akron, Steve Mylett, confirmó que Walker no estaba armado al ser abatido. Según el diario local “Akron Beacon Journal”, Mylett señaló que en las imágenes parece que Walker se llevó la mano a la cintura durante una persecución a pie con la Policía y se giró ligeramente hacia los agentes antes de que estos abrieran fuego.

La autopsia determinó que Walker tenía 60 heridas de bala. Un abogado de la familia aclaró que los policías siguieron disparando después de que el joven cayese al suelo. En el vídeo se ve cómo una persona desarmada sale del coche y cómo varios policías disparan contra él tras perseguirlo unos diez segundos. El tiroteo se alarga otros siete segundos.

Protestas y disturbios el domingo por la noche.

El pasado fin de semana, tras hacerse públicas las imágenes de la persecución y muerte de Walker, hubo movilizaciones para denunciar este delito y demandar que se investigue y condene a los autores de los disparos. La familia pidió que las protestas fuesen pacíficas.

Portando carteles hechos a mano con lemas como «No Justice, No Peace» (no hay paz sin justicia), en los que se recordaba al joven muerto, los manifestantes increparon a las patrullas de Policía desplegadas en la ciudad.

La marcha llegó hasta el Centro de Justicia de Akron. Es en ese momento cuando la Policía antidisturbios cargó y lanzó gases lacrimógenos.

La comunidad afroamericana está harta

de sufrir este tipo de ataques. La muerte de George Floyd en Minneapolis en 2020 provocó una gran indignación a nivel mundial y relanzó el debate sobre el racismo dentro de los cuerpos policiales de EEUU.

Los casos, demasiado habituales y con diferencias pero con un patrón común, han generado un fuerte debate que se relanza con cada nuevo crimen en el que los autores son policías mayormente blancos y las víctimas siempre son jóvenes negros.

En nombre de la National Association for the Advancement of Colored People (NAACP), su presidente, Derrick Johnson, denunció que «este hombre negro fue asesinado, impactado más de 60 veces por 90 balas disparadas, por una posible infracción de tráfico». A lo que añadió, «esto no les sucede a los blancos en Estados Unidos. ¿Por qué la Policía nos ataca continuamente como terroristas domésticos? Solo estamos tratando de vivir nuestras vidas, y estamos cansados de ser cazados como presas».

Diferentes representantes políticos e institucionales han demandado una investigación «completa e independiente».