Gasteiz despide a celedón tras la última txanpa festiva
Celedón subió al cielo nocturno de Gasteiz poniendo punto final a las fiestas más esperadas tras otra calurosa jornada en la que blusas y neskas apuraron las últimas horas de juerga. Gastronomía y solidaridad protagonizaron los actos de varias cuadrillas durante la mañana, mientras gigantes y cabezudos se despedían de los txikis. El epílogo, sin embargo, se alarga hasta entrada la mañana.

Tras la tormenta de la noche anterior y los vendavales de Talco en la plaza de los Fueros, Soziedad Alkoholika en el Txosnagunea y la verbena de Petralak Fest 6,0 Technomusic en la cuesta de San Francisco, la última jornada de fiestas comenzó en Gasteiz con calma, entre la solidaridad y la gastronomía. A mediodía, en la plaza Nueva, la cuadrilla Basatiak repartía ya platos de patatas con chorizo con el lema ‘Con voluntad comemos todos’ y en apoyo al Banco de Alimentos. Dos de los cocineros hacían una pausa para descansar. «Ha empezado a venir gente pero esperamos que venga más», señalaba uno de ellos.
Llevaban desde las 8.00 cocinando y repartiendo platos, repartidos en tres tandas. «La cosa va bien. Esperamos acabarlo todo». El objetivo eran 3.000 raciones. El calor sofocante no invitaba a tomar el plato humeante pero a medida que avanzaba la mañana el hambre y la solidaridad iban alargando las colas.
También en la plaza del Artium, ya a 32 grados, avanzaba la fila para probar el pincho de chorizo, en este caso organizado por la cuadrilla Los Alegríos en apoyo a la Asociación de Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA) de Araba.
En la exhibición de deporte rural de la plaza de los Fueros, en la jornada dedicada a las idi-probak, el ambiente se iba caldeando y no solo por el calor. Dos bueyes arrastraban la pesada piedra en medio de otra competición, la que protagonizaban un grupo animalistas con sus mensajes de rechazo y el veterano animador de la prueba que defendía en su alocución el sector primario y el deporte rural, claramente respondiendo a los primeros.
Los gritos del grupo contra el maltrato animal fueron respondidos con abucheos por el público. Las increpaciones fueron subiendo de tono hasta acercarse al forcejeo, aunque la situación se calmó antes de la llegada de varios policías municipales.
A pocos metros se producían otros «altercados» más amables. Niños y niñas corrían para evitar las botxintxas de los cabezudos que a alguno casi le dejan sin el plato de patatas de la degustación de Basatiak. Pero los golpes eran suaves y casi se dedicaron más a las fotografías con los txikis, sobre todo el popular Ojo Biriki, el Messi de los cabezudos gasteiztarras.
La kalejira de ayer era singular ya que concluyó con los bailes, fotografías y saludos de despedida de la comparsa de gigantes, cabezudos, caballos y sotas, un acto muy especial para los txikis antes de que todos estos queridos personajes volvieran a su local de la calle San Antonio.
Ya por la tarde, las cuadrillas se refrescaban por dentro y por fuera en la última kalejira y los gasteiztarras apuraron las últimas horas de las fiestas más esperadas hasta que a la 1.00 Celedón volvió a subir por el cable y les puso el punto final.
La traca final acompañó a los tradicionales actos de duelo de blusas y neskas: la «subida del blusa y la neska caídos», organizada por Belakiak, la procesión de duelo de Gasteizko Margolariak, y el homenaje despedida a Celedón y procesión de velas de Zoroak y Karraxi, con el deseo de que la espera hasta el regreso del aldeano de Zalduondo sea el próximo año mas corta.
Eso sí, quienes tuvieron fuerzas aún apuraron el epílogo en el último reducto de las txosnas con los conciertos de Herenegun y Zetak y varios DJ hasta mezclarse en otro día de calor con una Gasteiz ya sin fiestas en el regreso a casa.

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