Koldo LANDALUZE
DONOSTIA
«VOY A PASÁRMELO BIEN»

Un repertorio simple para un musical sencillo

Nunca mostré interés alguno por Hombres G y por ese motivo me resulta muy difícil sentir un especial apego hacia esta comedia musical instalada en la moda de la nostalgia ochentera. Mientras veía la película, sentí una incómoda sensación de incomprensión ante las coreografías y estímulos que inspira el repertorio del grupo madrileño en los personajes de “Voy a pasármelo bien”, tal vez porque mi imaginario ochentero se basa en otro tipo de músicas y conceptos que poco tienen que ver con el marcapasos de Marta o el sufrimiento de un mamón que no quería devolverme a mi chica. Se trata de una película que tiene en su simpleza y en su saludable intención por hacer disfrutar al respetable algunas de sus virtudes, añadidas al talento de un actor tan versatil como Raúl Arévalo. La excusa para hacer bailar a niños y mayores en la pantalla es pura simplicidad y se resume en el reencuentro entre dos personas en edad adulta. Ella es una aclamada cineasta y él un tipo anónimo. Su nexo común es la gran amistad que compartieron en sus alegres días de infancia y, por supuesto, su gusto por la música en casete de Los hombres G. De esta forma, la película se bifurca en dos sentidos en los que asistimos al pasado y presente de sus protagonistas, desde sus recreos y encuentros furtivos en EGB, hasta las jornadas nocturnas y de karaoke que comparte la cuadrilla del protagonista en los tiempos actuales.