Isidro ESNAOLA

Ethereum se reinventa y cambia el mundo de las criptomonedas

Ethereum ha cambiado el sistema de validación de sus operaciones. Simplifica el método y termina con la minería en su criptomoneda. Una transformación que le permitirá ahorrar energía, liberar espacio y aumentar su capacidad para hacer realidad su vocación de plataforma polivalente para contratos y aplicaciones.

Un Tether (USDT) de recuerdo chapado en oro. Tether es una criptomoneda cuyo valor está vinculado al dólar estadounidense y que funciona con la infraestructura de la red de Ethereum.
Un Tether (USDT) de recuerdo chapado en oro. Tether es una criptomoneda cuyo valor está vinculado al dólar estadounidense y que funciona con la infraestructura de la red de Ethereum. (Justin TALLIS | AFP)

La red Ethereum y su criptomoneda, el ether, acaban de completar la transición de un mecanismo de prueba de trabajo (proof of work), responsable de la famosa minería de criptomonedas, a un sistema de consenso (proof of stake). Una transición en la que la red fundada por Vitalik Buterin lleva trabajando desde 2016 y tras varias intentos ha logrado finalmente completar este pasado mes de septiembre.

Sin duda, se trata de un cambio de envergadura. En una red descentralizada no existe una autoridad que certifique las operaciones. Para validarlas existen básicamente dos métodos. El que hasta ahora utilizaban la mayoría de criptomonedas es la prueba de trabajo, en la que los llamados mineros compiten para ser los primeros en resolver unos complejos problemas matemáticos y así cobrar por la validación. Para los cálculos utilizan ordenadores muy potentes que consumen mucha energía, por lo que resulta un método caro para la red, para el medio ambiente por el consumo de energía e, incluso, económicamente, ya que absorben gran cantidad de capacidad de cálculo que podía dedicarse a otros menesteres.

El método de consenso que aplicará a partir de ahora Ethereum se basa en que para dar el visto bueno basta con que se lo dé una mayoría de las criptomonedas de la red. Un sistema de mayorías que también ha generado algunas dudas entre sus críticos. Sus puntos fuertes son sin duda el ahorro de energía; Ethereum calcula que se ahorrará hasta el 99,95% del consumo actual. También liberará cantidad de capacidad de cálculo para otros usos.

UNA PLATAFORMA POLIVALENTE

A diferencia de Bitcoin, la red Ethereum siempre ha aspirado a ser algo más que una criptomoneda. En 2013, Buterin publicó un artículo titulado “Un contrato inteligente de próxima generación y una plataforma de aplicaciones descentralizadas”, donde avanza la ambición de utilizar la cadena de bloques no solo para emitir y gestionar monedas, sino también para administrar y ejecutar contratos y utilizar aplicaciones descentralizadas y juegos. Y para poder ampliar el espectro de usos de la cadena de bloques, simplificar y abaratar la gestión y validación de las operaciones es fundamental.

Por otra parte, la simplificación permite ahorrar espacio y descongestionar la red, lo que se traducirá en un aumento de la velocidad y del número de operaciones por unidad de tiempo; en definitiva, un mejor servicio. Asimismo, abre la posibilidad a hacer la red mucho mayor. Y en la medida en que aumente el número de nodos que se conectan ofrecerá, además, mayor seguridad al hacer mucho más costosos los ataques contra su integridad. Con este paso, bautizado como the merge (la fusión), Ethereum pone las bases para su expansión en diferentes direcciones.

LA TRIPLE REDUCCIÓN

Junto con «la fusión», Ethereum ha tomado algunas decisiones que puede tener un efecto positivo en su cotización. Por un lado, desde el momento de la fusión ha reducido la emisión de su moneda, el ether, en un 90%: si se reduce la oferta, el precio suele subir. Por otro lado, la red ha establecido un mecanismo que ha llamado EIP-1559 para fijar el precio de las transacciones. El mecanismo determina una tarifa por bloque que una vez pagada se «quema», es decir, la moneda gastada desaparece. Otra decisión para reducir la oferta. Al mismo tiempo, este mecanismo prevé un incremento del precio cuando aumente la actividad y una disminución cuando decaiga, de forma que permita gestionar mejor los picos de actividad que congestionan la red. Todos ellos reducen la cantidad de monedas, lo que empujará al ether al alza.

Los expertos señalan que la cotización de Ethereum está ligada a la actividad en la red, mientras que la de Bitcoin depende más de los movimientos especulativos, por lo que tampoco esperan grandes cambios a corto plazo.