Koldo LANDALUZE
DONOSTIA
CRÍTICA: «OBJETOS»

El almacén que albergaba vidas perdidas

Curtido en el medio televisivo, Jorge Dorado ha dirigido su segundo largometraje -el primero data de 2013 y llevó por título “Mindscape”- siguiendo los parámetros estéticos que David Fincher impuso en “Seven”, sobre todo en lo relativo a atmósferas penumbrosas. “Objetos” arranca con acierto, seduce esa puesta en escena que nos ubica en una oficina donde se almacenan objetos perdidos y que, en manos de quien vela por ellos, se asemeja a un Guillermo de Baskerville obsesionado por los libros.

Aquí también nos encontramos con un factor detectivesco que recae sobre este protector de recuerdos ajenos que corren el peligro de perderse en el olvido, encarnado por Álvaro Morte. Su rol es el de un tipo solitario que parece cómodo en semejante microcosmo y alejado de todo el mundo y empecinado en dar una segunda vida a los objetos que llegan a sus estanterías.

Su solitaria mecánica cotidiana saltará por los aires cuando caiga en sus manos una maleta en cuyo interior hay ropa de bebé y restos humanos. Visto que nadie parece preocuparse por este suceso, el protagonista emprenderá una investigación por su cuenta y riesgo y, en su personal descenso a los infiernos, topará con una red de tráfico de mujeres. Es cierto que el filme recurre en exceso a los arquetipos pero, a pesar de ello y en lo concerniente al personaje de Morte, este se acopla a la perfección a los parámetros por los que transita la trama. El filme entretiene pero deja cierto regusto amargo debido a que el director ha sacrificado su interesante punto de partida en beneficio de un thriller bien filmado pero bastante rutinario. En un segundo plano, Eugenia “China” Suárez, Verónica Echegui y Zorion Egileor refuerzan con sus interpretaciones una película que se pierde en ciertas decisiones bastante chirriantes.