Críticas a un centro de refugiados «demasiado similar» a los CIE
Instituciones y agentes sociales censuran el centro de refugiados previsto por el Gobierno español en la antigua Clínica Arana de Gasteiz, cerrada desde hace una década y que podría albergar a 350 personas. Cáritas cree que puede dar pie a una «guetización».

La semana pasada el Gobierno español licitó un proyecto que tiene por objeto la creación de un centro de acogida para personas refugiadas en Gasteiz. Cuenta con un presupuesto de 14,1 millones de euros y se ubicaría en la antigua Clínica Arana, que podría albergar a un máximo de 350 personas.
El proyecto ha sido rechazado por el resto de instituciones y por los agentes sociales, que advierten del riesgo de «guetificación». Así lo indicó en declaraciones a Radio Euskadi Ramón Ibeas, de Cáritas, quien incidió en que el centro «tiene demasiadas similitudes con los Centros de Internamiento de Extranjeros (CIE)».
Desde CEAR Euskadi, Arantxa Chacón destacó que «el modelo de acogida tiene que ser mucho más individualizado, huyendo de la creación de macrocentros que lo que hacen es retener a las personas».
Una opinión compartida por el Gobierno de Gasteiz. La consejera de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales, Beatriz Artolazabal (PNV), defendió ayer que su modelo «apuesta por la integración social, huyendo de macrocentros que pueden propiciar la guetización». Citó como referentes recursos gestionados por entidades sociales en Oñati, Tolosa y Berriz.
Sostuvo, además, que «es evidente que tenemos las herramientas, los servicios y el compromiso para atender a las personas migrantes que llegan a Euskadi. Nos falta que se haga efectiva la transferencia de competencias en materia de extranjería para poder dar una forma definitiva al modelo vasco de acogida».
A la espera del PSE
El socio minoritario del Ejecutivo autonómico no se ha pronunciado oficialmente, aunque fuentes del partido apuntaron que «no comparten las críticas». Se espera una posición más clara hoy por boca de su líder, Eneko Andueza.
El diputado general de Araba, Ramiro González, también se pronunció en contra de esta decisión «unilateral». Y el alcalde de Gasteiz, Gorka Urtaran, señaló que no comparte «ni el fondo ni la forma». «En el fondo porque efectivamente este no es el modelo de atención a las personas refugiadas o a los solicitantes de asilo en Euskadi», abogando por «proyectos mucho más redimensionados e individualizados. Este tipo de macrocentros nos parecen unos repositorios de personas que no favorecen el objetivo último, que es poder integrarles en nuestra sociedad. Vitoria-Gasteiz es una ciudad de acogida y solidaria, pero este no es el modelo de atención».
«Tampoco comparto la forma, porque yo recibí una comunicación del secretario de Estado en el mes de julio, y le trasladé estas consideraciones e incluso le trasladé que Euskadi estaba trabajando para poder transferir la competencia. Y obtuve la callada por respuesta», añadió.
No obstante, mostró su esperanza en «poder persuadir al Gobierno del Estado», e hizo hincapié en que «hay un sentir mayoritario en la ciudad sobre que este no es el modelo ni la solución». «Espero que el Estado tenga altura de miras e impulse una nueva forma de gestionar la crisis migratoria».
La decisión del Ejecutivo español ha activado pulsiones del pasado reciente, ya que la derecha española ha utilizado de forma recurrente la migración en campaña electoral. Basta con recordar las declaraciones del exalcalde Javier Maroto, que en 2014 acusó a las personas magrebíes de «vivir de las ayudas sociales».

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