Osasuna consumó el miércoles en Sevilla la hazaña pendiente que le pedía su entrenador, Jagoba Arrasate, eliminando al Betis en los penaltis tras igualar dos veces un marcador adverso. Llegados a la tanda, fue decisivo el tiro rechazado por Sergio Herrera a otro Sergio, el ex-txuri urdin Canales. Herrera es un experto en estas lides con dos precedentes rotundos: paró tres penaltis en Cádiz en su primer año como rojillo en 2016 (en Segunda) y el curso pasado le detuvo dos al Balón de Oro Karim Benzema. Pero en esta tanda su protagonismo se comparte con el de Richard Sanzol, preparador de porteros de Osasuna y guardameta rojillo entre 1998 y 2005. Como desveló Herrera y acabó mostrando Osasuna en redes sociales, los lanzamientos anteriores de cada jugador bético estaban perfectamente estudiados, y quedaron resumidos por Sanzol en un papel pegado a la botella de agua. El portero rojillo podía ver en un simple golpe de vista cuál es el lugar preferido por cada uno y también dónde ha marcado y dónde no. El «manual» y su intuición dieron el pase a cuartos de final.