Daniel GALVALIZI

Con Podemos y los «separatistas» en la mira, llega la moción de Vox

La derecha radical tiene asegurado hoy y mañana su espectáculo mediático en sede parlamentaria con un candidato a investir que le ha valido una lluvia de críticas, especialmente del bando propio. El exdirigente del PCE Ramón Tamames defenderá la unidad del Estado español y propondrá generales anticipadas para el 28M.

El presidente de Vox, Santiago Abascal, y el candidato de la moción de censura, Ramón Tamames, a su llegada a una comparecencia en el Congreso de los Diputados, el 16 de marzo de 2023, en Madrid.
El presidente de Vox, Santiago Abascal, y el candidato de la moción de censura, Ramón Tamames, a su llegada a una comparecencia en el Congreso de los Diputados, el 16 de marzo de 2023, en Madrid. (Jesús HELLÍN | EUROPA PRESS)

Has traicionado al obrero de Orcasitas (Vallecas)... no te podré creer en la vida, Ramón. Me has decepcionado totalmente. Y sabes que te he admirado», le dice en tono lacónico el concejal Félix López Rey (IU) a Ramón Tamames, en una discusión en los pasillos del Consistorio madrileño. El tránsfuga del PCE, visiblemente incómodo, le responde: «¿Me haces caso?»; a lo que López Rey, atónito y angustiado, concluye: «Pero ¡cómo te voy a hacer caso!».

La escena es de 1989, cuando Tamames, concejal electo por IU, apoyó la moción de censura del PP que le dio la Alcaldía a Rodríguez Sahagún, arrebatándosela al PSOE. El propio López Rey colgó el vídeo en su cuenta de Twitter la semana pasada y no tardó nada en volverse viral en redes.

Se trata de una de las tantas imágenes de putrefacción política que puede dar Tamames, miembro del PCE y del antifranquismo que luego cofundó Izquierda Unida para acercarse después a Adolfo Suárez. Porque lo que le sobra a Tamames es lo que no ha visto Vox: hemeroteca, y en ella, las contradicciones de un dirigente ganado por el narcisismo y la necesidad de reivindicación. Su elección ha significado una lluvia de críticas a la cúpula de Vox, especialmente desde el arco conservador español, por el tono ridículo que ha cobrado todo el proceso. El recorrido hasta el pleno de hoy ha sido una tormenta impensada: la actitud de Tamames acabó siendo un tiro en el pie para Vox, no solo por las polémicas entrevistas que dio, en las que contradijo más de un punto estructural del programa electoral de la ultraderecha, sino porque encima permitió que se filtrara, por error u omisión, su discurso de investidura.

Tras la filtración, Abascal y el candidato dieron una rueda de prensa el jueves pasado con un relato más controlado. «Tamames puede representar a todos los compatriotas que quieren un cambio de rumbo», dijo en tono defensivo el líder de Vox, ratificando que la propuesta básica de la moción de censura será la convocatoria de elecciones generales el próximo 28 de mayo. Esto es: Tamames es un instrumento para pedir comicios anticipados por lo que su discurso de programa de Gobierno ha perdido todo sentido.

«Ese es el problema»

De todas las entrevistas que ha dado en los últimos días, más a pesar de Vox que con su beneplácito, es la del diario “La Vanguardia”, en la que Tamames enfatiza en lo que podría considerar los culpables de todo los males: Podemos y los soberanistas vascos y catalanes.

Cuando le preguntan por su opinión sobre Pedro Sánchez, responde que el presidente del Gobierno español «demostró tener un gran coraje político cuando luchó para recuperar la Secretaría General del PSOE» y que él pondrá el foco en criticar «la labor» de un Ejecutivo que «no funciona porque es Frankenstein».

Ante una repregunta, el académico español recalca: «Ese es el problema. Podemos. Han incordiado mucho. Y el problema también son los separatistas. Una cosa es aceptar las nacionalidades y otra aceptar la disgregación de España. Yo voté en contra del derecho de autodeterminación en 1977».

Según confirmaron a GARA fuentes con acceso a la cúpula de Vox, el escritor madrileño y militante de la formación ultraderechista Fernández Sánchez Dragó, de contacto constante con la dirección del partido, fue el ideólogo del intento Tamames. Él cree que llevar al hemiciclo a un extrapartidario con un pasado ideológico muy distinto puede servirle a su formación para perforar el techo electoral.

El pleno de la moción comenzará a las 09.00 horas y el primero en intervenir debe ser uno sus firmantes. El elegido es Abascal, quien hará allí el discurso que ellos desean que sea el que concentre la atención. Luego vendrá Tamames, que no tiene límite de tiempo (aunque anticipó que hablará una hora).

Después será el turno de defenderse de Sánchez y puede pedir la palabra cualquier miembro del Consejo de Ministros, también sin límite de tiempo (en 2020 lo hizo el exvicepresidente Pablo Iglesias). Es posible que hablen dos vicepresidentas, aunque no es seguro: podrían ser Nadia Calviño y Yolanda Díaz, según dijeron a GARA fuentes de Moncloa.

Cada portavoz de los grupos contará con media hora de tiempo y otros 10 minutos de respuesta. Es probable que PNV y EH Bildu hagan uso de la palabra mañana, cuando sea la votación, en la que la moción será derrotada. Con menos votos, eso sí, porque Alberto Núñez Feijóo se ha decantado por la abstención y no por la negativa, como quiso Pablo Casado. Pero la menor cantidad de votos en contra no significará que la extravagancia de Vox no pueda acabar en un tiro por la culata.