El Eibar acelera en el mejor momento. Los azulgranas celebraron su quinta victoria consecutiva en otra jornada con pinchazo para la mayoría de sus rivales -solo había ganado el Granada, el mejor equipo de 2023, que se coloca segundo-, lo que refuerza su liderato, con cuatro puntos de ventaja ahora sobre los andaluces y Las Palmas.

Eso sí, este triunfo tuvo poco que ver con los anteriores. Después de cuatro partidos con su portería a cero, el Eibar se vio con dos goles de desventaja, y pudieron caer más, tras un buen rato en el que el Mirandés fue mejor. Pero en tres minutos de inspiración restableció el empate y con el acelerón posterior ante un rival noqueado, acabó por culminar la remontada.

El Mirandés, que en la primera vuelta ya se llevó un empate que incluso le supo a poco de Ipurua, donde nadie había puntuado hasta entonces, empezó a generar peligro pronto. En los primeros minutos aún hubo respuesta por parte del Eibar, que metió un par de sustos, pero en cuanto marcó Raúl García, el partido se fue inclinando del lado local también sobre el césped. Ya el gol, con el delantero cedido por el Betis sentando a Venancio y Berrocal con su recorte dio una pista de lo que estaba por venir, la incapacidad de los armeros para frenar a los atacantes rojillos. Luca evitó el segundo de Raúl García pero no pudo repetir ante Gelabert, que justo antes del descanso conseguía el 2-0 tras una combinación con Raúl García en una acción en la que asistencia y remate fueron de quitarse el sombrero.

La sensación en la reanudación fue tan negativa como el marcador al descanso, con el Mirandés entrando aún con más facilidad. Pinchi erró boca de gol y Luca y Venancio salvaron ante Gelabert con el Eibar boqueando.

Quedaba media hora y el partido parecía sentenciando, cuando Rahmani prolongó por la derecha para que centrara Bautista y Aketxe, que había entrado en el descanso en sustitución de Sergio -con cambio de dibujo incorporado, que dejó atrás a tres hombres y dio la banda derecha a Corpas-, acortara distancias. Solo tres minutos después, Rahmani y Bautista repetían pero esta vez era el propio futbolista sestaotarra el que llegaba al área a tiempo de rematar para restablecer el empate.

Se vino arriba el Eibar, con Aketxe colocando balones como nadie más sabe hacerlo en este equipo, se hundió el Mirandés y lo imposible dejó de parecerlo. Y de serlo. A un cuarto de hora del final, Corpas centró para que Bautista redondeara su actuación con un golazo. Los locales intentaron recuperarse pero el líder supo bajar las revoluciones lo justo para mantener su ventaja sin sufrir en exceso.