LAB y UGT dieron ayer a conocer el acuerdo que han cerrado con Salud, en el que se «plasman mejoras organizativas y económicas para toda la plantilla de Osasunbidea» y se encaminarían las reivindicaciones de la intersindical, si bien no se trata de mejoras de efecto inmediato, pues no hay partidas económicas para ello, sino que deberán de plasmarlas a lo largo de la legislatura próxima.

Ambas centrales exponen que el documento recoge «un compromiso por parte del Departamento en cuanto al refuerzo de la plantilla, estudio de la sobrecarga laboral en Atención Primaria y Especializada, implantación de la carrera profesional para el personal sanitario que no la percibe y el personal no sanitario».

El acuerdo también aborda el pago de los festivos especiales a toda la plantilla con la misma cuantía, independientemente del cargo, «así como el mantenimiento de la exclusividad y la revisión del encuadramiento del personal de salud dentro del marco de la Mesa General».

Con este acuerdo, Salud cierra el segundo frente laboral que se le había abierto después del protagonizado por el Sindicato Médico, con el que ya alcanzó un preacuerdo, y existe un compromiso por parte de los socios habituales del Gobierno para tramitar los cambios pertinentes en el Parlamento.

El resto se desmarca

LAB y UGT tienen mayoría en la intersindical de Salud, pero durante todo el conflicto habían trabajado en un mismo bloque con el sindicato de auxiliares (USAE) y ELA. Esta última central ya avanzaba el lunes que no estaba satisfecha con el resultado de las negociaciones, pues, a su entender, «el documento no recoge compromisos concretos, sino intenciones imprecisas, condicionadas además a que existan partidas

presupuestarias para llevarlas a cabo».

En parecidos términos se manifestó también CCOO, que se muestra disconforme con la redacción final del compromiso sobre la exclusividad, pues no ha incluido calendarización. Para esta central, el acuerdo no «mejora en nada» la situación de la plantilla.

Existía en este bloque un sindicato corporativo, el de los auxiliares (USAE), que tampoco firma el acuerdo. En su caso, porque su demanda principal, la creación de un complemento salarial para su colectivo, no ha salido adelante.

El bloque sindical apoyó la manifestación del sábado en Iruñea en defensa de la sanidad pública, en la que se reivindicó que solo con unas condiciones de trabajo dignas y defendiendo lo público se conseguirá una atención sanitaria de calidad en Nafarroa. Esta protesta tuvo un respaldo significativamente menor que el de la huelga del día 15.

La desconvocatoria de la huelga pensada para mañana siempre ha estado muy ligada al desbloqueo de la carrera profesional que hoy tienen reconocidos el personal médico y el de Enfermería en detrimento del resto de funcionarios de la Administración. El consejero de Función Pública, Javier Remírez, había anunciado su compromiso para desbloquear la carrera profesional si mañana la huelga no salía adelante.

Los sindicatos que apoyaban la huelga y que finalmente no suscriben el acuerdo adelantaron que mantendrán algún acto de protesta mañana. Si bien, el peso de estas centrales es mucho menor que el de los que han suscrito el pacto, dado que LAB es el sindicato más fuerte de Osasunbidea (13 delegados) frente a los 5 de ELA y los 4 de CCOO. SAE tiene 6, los mismos que UGT.