EDITORIALA

La cuestión kurda, clave en las elecciones turcas

El domingo se celebró la primera vuelta de las elecciones presidenciales en Turquía. El actual presidente, Recep Tayyip Erdogan, ganó con algo más del 49% de los sufragios. Aunque ha perdido la mayoría absoluta, sus resultados están muy por encima de lo que preveían los sondeos. Con casi el 45% de los votos, el socialdemócrata Kemal Kiliçdaroglu del CHP quedó en segundo lugar y disputará a Erdogan la Presidencia en segunda vuelta dentro de quince días. La tercera posición fue para el líder de la Alianza Ancestral, Sinan Ogan, que con el 5% se convierte en el árbitro de la pugna y ya ha condicionado su apoyo a que no se hagan concesiones a los kurdos. Se celebraron, asimismo, elecciones parlamentarias, en las que el partido de Erdogan y sus aliados mantuvieron la mayoría absoluta, a pesar de perder apoyos y diputados. La alianza entra la izquierda y los kurdos también mantendrá su peso en el nuevo Parlamento.

No faltaron las acusaciones de fraude por parte de la oposición; sin embargo, la misión de la OSCE señaló que las elecciones habían sido «competitivas, aunque limitadas». Centró su crítica en la «criminalización de algunas fuerzas políticas, incluida la detención de varios políticos opositores», en clara alusión a la persecución que sufre la izquierda prokurda nucleada en torno al HDP. Una persecución a líderes políticos, conviene no olvidarlo, inspirada en la Ley de Partidos Políticos española. Buena muestra de las continuas restricciones a las libertades fundamentales que sufre la oposición en Turquía fue la retención el domingo de la secretaria de la CUP, Isa Chacón, y del diputado de EH Bildu, Jon Iñarritu, mientras ejercían de observadores internacionales.

En este contexto de democracia limitada, Erdogan ha logrado sobreponerse a la devaluación de la lira turca y a la mala situación económica, al desastre provocado por los terremotos de febrero y a la animadversión de sus aliados de la OTAN. Ha llegado a la segunda vuelta con posibilidades de repetir en el cargo tras veinte años en el poder. Y Ogan ya ha situado la cuestión kurda como la clave para dar su apoyo. Malos augurios para la lucha por la libertad del Kurdistán.