En 38 pueblos de Nafarroa solo se colocará la urna para el Parlamento y no habrá papeletas blancas para las municipales, ya que no se ha presentado ningún candidato para gestionar el Ayuntamiento en los próximos cuatro años.

La campaña electoral avanza inexorable hacia las elecciones del domingo. En las capitales y en las grandes poblaciones la pugna por conseguir la Alcaldía o un simple puesto de concejal levanta pasiones y enfrentamientos. Son puestos codiciados por la cantidad de presupuesto que pueden manejar y por acceder a sueldos públicos.

Frente a esta realidad coexiste otra. En Nafarroa, hay un total de 38 pueblos en los que no se van a celebrar elecciones porque no se ha presentado nadie como candidato. Se trata de localidades pequeñas en las que ser alcalde o concejal tiene pocas compensaciones y no pocos sinsabores. Hay que explicar al vecino molesto que no hay dinero para arreglar un camino o que los contenedores se han puesto en el sitio que le gusta porque era el único lugar al que podía acceder el camión. Todo ello quitando tiempo de la conciliación familiar o de las obligaciones laborales por una compensación monetaria simbólica en el mejor de los casos. Es comprensible que nadie quiera dar el paso.

De este modo, en Zubieta, Aranaratxe, Arantza, Areso, Aribe, Atez, Auritz, Bargota, Barasoain, Beire, Belaskoain, Burgi, Deikaztelu, Eratsun, Eslaba, Etaio, Ezkaroze, Garde, Garralda, Hiriberri, Izaba, Iturmendi, Izaltzu, Legaria, Lezaun, Muruzabal Nabaskoze, Orbaitzeta, Oroz-Betelu, Orisoain, Sada, Sartze, Tirapu, Urrotz, Urzainki, Uterga, Uztarroze y Bidankoze no habrá urnas para las municipales.

Dentro de seis meses se producirá una segunda convocatoria en estos municipios con la esperanza de que haya candidatos y se pueda constituir el Ayuntamiento correspondiente. Si no se presenta nadie de nuevo, el Gobierno navarro procederá a designar una comisión gestora para dirigir la localidad.

FENÓMENO NAVARRO

Nafarroa agrupa a la mayoría de municipios en los que no se celebrarán elecciones este domingo. La misma situación se repite tan solo en cuatro municipios de la provincia castellana de Burgos, uno de la de Segovia y otro de la aragonesa de Teruel.

La explicación es que las diputaciones provinciales de los territorios forales no se eligen en unas elecciones directas como las convocadas para las juntas generales de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa, sino que se configuran en base a los resultados obtenidos en las elecciones municipales.

De este modo, los partidos políticos presentan candidatos en la práctica totalidad de las localidades de una circunscripción para asegurarse el control de la Diputación. En muchas ocasiones, se trata de personas que no tienen vinculación con el municipio, de paracaidistas. Es el caso de la población aragonesa de Urriés, en la comarca de Cinco Villas y a veinte kilómetros de Zangoza, donde junto al alcalde actual, Armando Soria, de CHA, se presentan dos candidatos que nadie conoce en el pueblo por parte del PSOE y el PP.

Que no se presente nadie en unas elecciones municipales tiene también su riesgo. Lo saben muy bien en Garinoain, donde una formación ultraderechista, Derecha Navarra y Española, presentó un candidato en 2011 y se hizo con el control del Ayuntamiento para sorpresa y enfado de sus vecinos. Después de una legislatura caracterizada por el rechazo de los habitantes hacia el Consistorio, desde entonces la población conforma una lista vecinal y se presentan a los comicios.