Iñaki IRIONDO

Sonrisas y cabreos

Acaba la campaña electoral en la que los partidos han divido de nuevo sus mensajes entre la mañana y la tarde, y en la que, si se repasan los archivos gráficos de los propios partidos en sus redes sociales, se observa que algunas candidaturas dan muestras de mayor alegría en sus actos electorales que otras, que parecen estar permanentemente enfadadas y, aparentemente, lo hacen, además, sin ninguna razón conocida por el público en general.

El coordinador general de EH Bildu, Arnaldo Otegi, y los candidatos Joseba Asiron y Laura Aznal, en un acto electoral.
El coordinador general de EH Bildu, Arnaldo Otegi, y los candidatos Joseba Asiron y Laura Aznal, en un acto electoral. (Iñigo URIZ | FOKU)

Se acaba a las doce de la noche la campaña electoral y mañana podremos saber a qué dedican los principales candidatos su «jornada de reflexión», con paseos, compras en tiendas de barrio y la lectura de ese libro aparcado cuando comenzó la precampaña en detrimento de la preparación de mítines y debates.

Han sido días de dos velocidades. Y en muchos sentidos.

Para los informativos del mediodía, los partidos se han dedicado a las cuestiones más terrenales y cercanas. Para los de la tarde-noche, guardan sus grandes proclamas, muchas veces con sus primeros espadas. Hay una subvariante en ambas franjas horarias: el aterrizaje de ministros en los casos del PSOE y Unidas Podemos, y de presidentes de otras comunidades o «líderes nacionales» del partido en los actos del PP.

Ayer, por ejemplo, por la mañana el PNV quiso destacar que Elixabete Etxanobe y Juan Mari Aburto habían presentado «sus proyectos para hacer de Bizkaia y Bilbo un gran foco de atracción de talento». EH Bildu se centró en que Maddalen Iriarte reafirmaba «su compromiso de liderar la salud pública» y su candidato a la Alcaldía de Zumarraga, Haritz Elgarresta, recordó los recortes en el PAC. El PSE organizó una visita de la vicepresidenta del Gobierno español, Teresa Ribera, a Irun, donde le acompañaron el candidato provincial, José Ignacio Asensio, y el alcalde, José Antonio Santano.

Los actos de la tarde son otra cosa. Por ejemplo, el miércoles el PNV centró su artillería en Gipuzkoa, donde Andoni Ortuzar aseguró que lo que «nos jugamos el domingo es que Donostia y Gipuzkoa no caigan en malas manos», que serían las de EH Bildu, «su desastre de gestión, la imposición y el lío». El secretario general del PSE, Eneko Andueza, se quejó de que el PNV les quitó alcaldías hace cuatro años. Mientras que ayer, la portavoz de EH Bildu en el Congreso, Mertxe Aizpurua, afirmó desde Galdakao que «a pesar del ruido y del fango con la que nos han querido rodear, vamos a ser la fuerza política que más va a crecer en las elecciones del domingo, tanto en número de concejales como alcaldes y alcaldesas»

LA OTRA DIVISIÓN

Pero ha habido otra división que también ha quedado muy marcada. Y es muy llamativa. Porque además es fácilmente comprobable siguiendo las redes sociales de cada uno de los partidos, en los que se recogen los actos electorales de cada uno de ellos.

Se puede comprobar, sobre todo más en los vídeos y en las fotos dinámicas, que hay unos que sonríen casi todo el rato y otros que tienen pinta de estar permanentemente cabreados. O unas son unas grandes actrices o realmente están disfrutando en campaña. Mientras que hay quien está dando muestras de enorme nerviosismo que les está llevando a torcer mucho el morro.

Evidentemente, ni con las sonrisas, los besos y los abrazos se ganan elecciones ni hundiéndose en el lodazal se pierden. No faltan muestras de lo contrario. Pero cabe pensar que indican algo.