Amparo LASHERAS
Periodista
AZKEN PUNTUA

¿Una cuestión de clase?

El jueves conocimos la muerte de Tina Turner. El 25 de abril los medios anunciaron el fallecimiento de Harry Belafonte. Los dos pertenecían a la comunidad afroamericana y, ambos, han dejado una huella imborrable en la historia de la música. A Tina se le recordará como la brillante Reina del Rock y a Harry como el Rey del Calipso, un ritmo caribeño que él introdujo en las bandas de jazz de los años 50. Fuera de los escenarios, Tina denunció el maltrato machista y apoyó los derechos de las cantantes negras como mujeres y como artistas. Belafonte, colaborador de Martin Luther King, fue un activista incansable. Utilizó su fama para defender los derechos civiles y luchar contra las desigualdades raciales y sociales de su gente. Las discriminaciones racistas que sufrieron antes de triunfar apenas se citan en sus biografías, tal vez porque siempre conservaron una conciencia molesta para el sistema. Cuento esto porque pienso que el racismo tiene también una perspectiva de clase. Lo que ocurrió en Mestalla contra Vinicius es una vergüenza canalla, pero no menos que la ola de hipocresía que se ha desatado a favor del jugador. Existe un racismo más cotidiano y sibilino, incluso cultural, con víctimas que no importan a nadie. ¿Por qué? Muy sencillo, son pobres, no pertenecen al mundo de Vinicius.