Ovejas gigantes Vs. cambio climático

Las Hisor, variedad apreciada por su rentabilidad y su capacidad de adaptación, se han convertido en una celebridad en Tayikistán.

Bakhtior Sharipov y su compañero de faena Cesar, junto a varias de sus ovejas.
Bakhtior Sharipov y su compañero de faena Cesar, junto a varias de sus ovejas. (Amir ISAEV | AFP)

«Engordan rápidamente, incluso si hay poca agua y pastos disponibles», comenta a France-Presse el pastor Bakhtior Sharipov, que cuida de su rebaño de unas 250 ovejas gigantes de Hisor en unas colinas situadas a 30 kilómetros de Dusambé, capital de Tayikistán. Ante la degradación de la tierra de labranza en Asia Central por años de pastoreo excesivo y el calentamiento global, esta robusta oveja es una bendición para los productores del país. «De promedio, pesan 135 kilos. Es el final del invierno, así que no están muy gordas, pero pronto lo estarán», explica Sharipov, quien apunta que los carneros de Hisor más robustos pueden llegar a alcanzar más de 210 kilos. Cerca de dos tercios de su peso corresponde a carne y grasa, más que cualquier otra variedad, por lo que resultan altamente rentables. «Son una raza única, primero por su peso. Y también porque nunca permanecen en el mismo sitio, así que contribuyen a la mejora del ecosistema del suelo y a la regeneración de los pastizales», resalta Sharofzhon Rakhimov, miembro de la Academia Tayika de Ciencias Agrícolas. Pueden recorrer hasta 500 kilómetros en busca de pastos entre temporadas.