Volar cuesta más que de lo que figura en la oferta. Hay sobrecostes por elegir asiento, por el peso y el tamaño de la maleta, por casi todo. Y llegar al aeropuerto también supone otro gasto. Sobre todo, si hay que dejar el coche en tierra y pagar parking durante varios días. La Audiencia Nacional española ha exigido a AENA, que es una empresa pública, que dé cuentas de cuánto gana con sus parkings.

Los tres parkings que tiene AENA en Euskal Herria tienen precios muy diferentes. El más caro, de largo, es el de Bilbo. Ocupar una plaza en ese aparcamiento del 12 al 18 de agosto, con prerreserva hecha la semana anterior, cuesta entre 76 y 125 euros, dependiendo de pluses, como el tiempo de llegada o que se trate de una plaza «premium».

Los precios de este parking, en su gama alta, son más altos incluso que varios de los que se encuentran en el centro de la capital vizcaina.

También es caro en comparación con los de otros aeropuertos, puesto que el de la capital vizcaina es el tercero más costoso del territorio peninsular y solo tiene por delante al de Barcelona y el de Valencia (además de varios insulares).

El elevado coste de las plazas en el aparcamiento de AENA en Bilbo ha dado pie a la apertura de negocios en las cercanías con servicios de traslado hasta el aeropuerto y plazas para el coche por menos de la mitad de precio.

En Donostia, el precio es uniforme (no hay pluses) y esa misma semana queda en 86 euros. Y si, en lugar de desde allí, la opción es viajar desde el aeropuerto de Iruñea (mucho más limitado en cuanto a destinos), el precio de estancia en el parking de AENA cae a menos de la mitad: 41 euros.

El alquiler por días (teniendo en cuenta que agosto es temporada alta para los viajes en avión) quedaría de la siguiente manera: 21-23 euros en Bilbo (hasta 36 en plaza premium), 16 en Donostia y 10 en Iruñea.

46 PARKINGS PARA 180 MILLONES DE EUROS

AENA sí que informa de cuánto gana con su red de parkings (según una noticia del diario Público, percibió unos ingresos de 180 millones por todos sus aparcamientos en 2023), pero lleva tiempo pleiteando con un ciudadano para no detallar qué ingresos recibe por cada uno.

La empresa pública sostiene que afinar más la información podría perjudicarle económicamente de cara a la gestión de las subcontratas a través de las que maneja la mayoría de sus aparcamientos. Sin embargo, los tribunales no le dan la razón y han sentenciado que sus deberes de transparencia van más allá.

La denuncia de este ciudadano obtuvo el aval del Consejo de Transparencia estatal y es contra este consejo contra el que ha pleiteado -y perdido- AENA ante la AN.

A consecuencia de ello, la empresa que gestiona los vuelos y 46 aparcamientos cercanos a las terminales (y cuenta con participación en otros 15 parkings de fuera del Estado español) deberá liberar sus cifras de ingresos.

En la sentencia emitida el pasado mes de julio, la Audiencia Nacional obliga a que la corporación pública desglose cuál es el origen, parking por parking, de esos 180 millones de euros que declaró en el ejercicio del año pasado.

Eso sí, AENA todavía tiene la baza de continuar con el procedimiento y llevar al caso al Tribunal Supremo. Si opta por esta vía, en el mejor de los casos la información tardaría en conocerse y en la menos transparente de las posibilidades el TS podría avalar la negativa de la compañía a ofrecer esta información.