G.I.
HERNANI
VOLVERÉIS

Comedia romántica que aborda el final de una relación

La nueva película de Jonás Trueba, protagonizada por Itsaso Arana y Vito Sanz, obtuvo el premio a la Mejor Película Europea del Festival de Cannes de este año. Escrita por el propio director y los dos actores protagonistas, la película es una producción de Los ilusos films en coproducción con Les films du Worso (Estado francés) y Arte France Cinéma.

Una comedia romántica que aborda el final de una relación a partir de una premisa cuando menos curiosa: una pareja que decide celebrar que se separa. Después de 15 años juntos, Ale y Alex tienen una idea que podría parecer absurda: organizar una fiesta para celebrar su ruptura. Este anuncio deja perplejos a sus seres queridos, pero ellos se mantienen firmes en la decisión de separarse ¿O quizás no?

Hay varias sorpresas en la cinta que van desde un secundario tan inesperado como Fernando Trueba, padre del director y en la ficción de Ale, quien se dedica precisamente en el filme a la dirección de películas, hasta los paralelismos que se pueden encontrar con “La virgen de agosto”, la película de 2017 de Jonás cuyo guion firmaba también Arana.

RELACIONES COMPLICADAS

Pese a que la película obtuvo un premio en Cannes y Trueba es un director muy reconocido, en una entrevista Trueba reconoce que tiene una relación difícil con ese mundo. «Tengo una relación complicada. Entiendo que forman parte de esto. No puedo hacer nada contra ellos. Me siento muchas veces impotente contra el sistema del cine, que está construido en grandísima parte en torno a los premios y lo que eso significa a muchos niveles. Lo está de una manera para mi gusto catastrófica y perjudicial para lo que es verdaderamente el cine y la creación. Para empezar, para financiar una película necesitas haber tenido premios, Goyas, haber ido a festivales… y eso es muy importante para nosotros. Eso funciona así y yo no lo puedo cambiar, no está en mis manos. Yo lo que intento es relativizarlo, no estar obsesionado con eso, recordarnos que no podemos estar pensando en competición todo el rato. No podemos crear desde ahí, no podemos estar pensando si una película va a ganar o no. Es ridículo y ciertamente es una invasión».