Manex ALTUNA
2000

Se consuma la escisión en el PNV y el nacimiento de EA

Carlos Garaikoetxea fue lehendakari con el PNV y uno de los impulsores de la creación de EA.
Carlos Garaikoetxea fue lehendakari con el PNV y uno de los impulsores de la creación de EA. (Luis JAUREGIALTZO | FOKU)

La noche del 4 de septiembre de 1986, la asamblea de afiliados pertenecientes a la disuelta Junta Municipal del PNV de Gasteiz aprobó un documento programático con las bases para una nueva formación política. El titular principal de la portada del diario ‘‘Egin’’ del día siguiente no dejaba lugar a dudas: «Consumada la escisión del PNV tras la asamblea de Gasteiz». La crisis en el seno de la formación jeltzale comenzó a fraguarse casi dos años antes con la dimisión del lehendakari Carlos Garaikoetxea y las desavenencias dentro del partido sobre la Ley de Territorios Históricos y las competencias de las diputaciones forales.

Los acontecimientos se precipitaron en agosto de 1986 cuando fue expulsada del partido la Junta Municipal de Gasteiz. Esos mismos afiliados jeltzales convocaron una asamblea para el 4 de septiembre y aprobaron la creación de una nueva formación política que se denominaba «Eusko Abertzaleak-Nacionalistas Vascos». No pudieron registrar ese nombre porque pertenecía al PNV, por lo que mantuvieron las siglas y se llamaron Eusko Alkartasuna.

Tras casi tres horas de reunión, aprobaron un documento programático en el que se consumaba la escisión en el partido jeltzale, que fundó Sabino Arana en 1895.

RESUMEN DEL DOCUMENTO

‘‘Egin’’ recogió en su última página parte del documento aprobado y destacaba que el nuevo partido se definía como «popular, democrático, moderno y progresista». Una de las características más destacables era la defensa del derecho a la autodeterminación, «sin que ello suponga sobrepasar el marco legal que impone el Estatuto de Autonomía».

En la primera parte del documento, titulada «Aspectos ideológicos de la crisis del PNV», se hacía una encendida crítica a la trayectoria mantenida por la cúpula de la formación jeltzale. Así, mencionaba «la desastrosa» aplicación de la Ley de Territorios Históricos, ya que entendían que «desarrolla un modelo institucional que debilita las instituciones nacionales vascas».

Se censuraba igualmente como «grave claudicación ideológica» el «repudio explícito» «al principio de soberanía del pueblo vasco». En este sentido, hacían referencia a unas manifestaciones de José Antonio Ardanza en el Club Siglo XXI y criticaban que «al afirmar que el Estatuto no es un medio, sino un fin, se ha engañado al pueblo vasco».

En otro de los apartados se explicaba que los conflictos internos también contribuyeron a la «ruptura». Según citaban, se realizaron «purgas de afiliados incómodos para la dirección», se llevó a cabo «la liquidación alevosa» del partido en Nafarroa y una «operación de acoso y derribo al lehendakari Garaikoetxea».

APOYOS Y ADELANTO ELECTORAL

Manuel Ibarrondo, que después sería elegido como el primer presidente de EA, se erigió en el portavoz de los «críticos» gasteiztarras, como se les definió en la noticia publicada en ‘‘Egin’’. Según admitió, el documento aprobado se dio a conocer «a diversas personalidades del país» y contaba con el beneplácito de Garaikoetxea, que no estuvo presente aunque después asumiría el liderazgo del nuevo partido. Sin embargo, sí que acudieron José Ángel Cuerda, que fue alcalde de la capital alavesa, y una nutrida representación de los expulsados navarros encabezada por Koldo Amezketa.

Al término de la asamblea, Cuerda dijo sentirse ya miembro de la nueva formación y manifestaba que la escisión había sido «absolutamente inevitable». En 1990, regresaría a la formación jeltzale. El presidente del Parlamento de Gasteiz en aquel entonces, Juan José Pujana, también se sumó al nuevo partido que generó todo tipo de reacciones en la clase política vasca.

En cambio, el lehendakari José Antonio Ardanza censuró al sector «crítico» del PNV y acusó a los responsables de la escisión de «contraer una responsabilidad histórica que solo favorece a los adversarios del nacionalismo vasco».

Ardanza convocó elecciones antes de finalizar el año y el PNV, pese a un fuerte retroceso, fue la fuerza más votada. Sin embargo, el PSE ganó en número de escaños, ya que consiguió 19 parlamentarios por los 17 que sacó la formación jeltzale. El acuerdo entre ambas formaciones mantuvo en el cargo a Ardanza. Por su parte, HB y EA empataron con 13 parlamentarios, y Euskadiko Ezkerra sacó 9. Además, los partidos AP y CDS obtuvieron dos parlamentarios cada uno.



[2020] Hallan muerto en Martutene al preso Igor González Sola

Igor González Sola, vecino de Bilbo de 47 años de edad, llevaba encarcelado más de quince años y había cumplido las tres cuartas partes de su condena seis meses antes de ser hallado muerto el 4 de septiembre de 2020. El suceso luctuoso se conoció a través de NAIZ una tarde de viernes en plena pandemia. Según se apuntaba en las primeras informaciones, el preso vasco había sido trasladado dos meses antes a Martutene, adonde llegó procedente de Soria y tras pasar por Valdemoro.

En 2009 ya trascendieron dos intentos de suicidio, cuando González Sola se encontraba preso en las cárceles de Granada y Badajoz. Unos pocos meses antes, estando en la cárcel de Soria, sufrió un nuevo episodio grave del que alertaron los presos vascos y que era perfectamente conocido por la Administración carcelaria.

En las últimas décadas han sido veinte los presos vascos que han muerto en la cárcel. A pesar del cambio de ciclo impulsado por la izquierda abertzale y el cese de la actividad armada de ETA en 2011, en los últimos años cinco presos han fallecido en prisión.