Raimundo FITERO
DE REOJO

Vidas ejemplares

Un servidor tuvo de joven una afición desmesurada por una colección de libros que aseguraban que iba a encontrar vidas ejemplares. Literatos, líderes religiosos, algún artista plástico, militares en descodificación ideológica. Intento descifrar entre tantos impulsos lo que podría ser considerado hoy un modelo a seguir entre personas y personajes ascendidos injustificadamente a un parnaso irreconocible de ejemplaridad.

Por resumir mi apoplejía discursiva pondría las vidas del emérito y Cachuli sin priorizar nada. Ambos, uno vivo y otro fallecido, porque en estos instantes su perfil se dibuja junto a dos mujeres que también podrían considerarse ejemplares. Uno, convertido en rey por la decisión de Francisco Franco Bahamonde, y el otro, convertido en un icono de la corrupción por la decisión de Jesús Gil y Gil. Dos vidas paralelas que hicieron de su entrepierna una cuestión de rango superior a sus responsabilidades como jefe de Estado o alcalde de Marbella.

Bárbara Rey fue una de las muchas concubinas de un rey zarzuelero y golpista. Se conoce desde hace años su relación y el pago con el que desde las entrañas del sistema se compró su silencio. Cientos de millones de pesetas. Pero había fotos y vídeos. Y han aparecido esas fotos. ¿Se conocerán los vídeos? Que un Borbón tenga esos fuegos parece histórico, lo que no es de recibo es que se pague con fondos reservados una infidelidad. Lo de Julián Muñoz con Isabel Pantoja forma parte del retrato más esperpéntico de la vida social y política de las últimas décadas. Llevan días siendo material de tertulia.