A Meloni los tribunales de Italia le han cortado de manera drástica su macabra iniciativa de llevar a una cárcel albanesa a los emigrantes que se acercan a sus costas. Se trata de una maniobra piloto que si le hubiera salido bien hubiera sido explotada hasta la extenuación por ella y todos aquellos compañeros de lucha contra los derechos humanos universales que de uno u otro grado campan por los despachos europeos. Por si había quedado fuera del radar político, Polonia está acabando con el derecho de asilo que contemplan las leyes. Puede que en este caso sean otros motivos, pero cortan un derecho a miles de personas que huyen de una guerra que los empuja.

Ver esos barcos de ida y vuelta, nos crean una sensación de asistir a una ficción que descorcha todos los fantasmas escondidos en los acuerdos globales. Se han visto muy pocas fotos de esta operación. Y todas tomadas desde lejos. Hay un descarado bloqueo informativo que alcanza a estas acciones que parecen improvisadas y a otras que llevan meses ocultas tras las noticias narradas en los medio de comunicación repitiendo los partes de guerra propagandísticos de los contendientes. No hay vídeos nítidos, independientes, que lleguen a la opinión publica ni de Rusia, ni de Ucrania, ni de Israel. Existe una selección de imágenes, vídeos y acontecimientos que se utilizan para mantener a su tropas con el ánimo elevado. Los incesantes bombardeos israelís deben estar todos documentados, pero nosotros tenemos acceso a los instantes posteriores, cuando ya ni humean los edificios y sin rastro de los agresores. Algo calculado.