El Sadar recupera la sonrisa para meter al equipo en zona Champions
Un penalti transformado por Budimir al cuarto de hora de partido le permite a la escuadra navarra ubicarse en el cuarto puesto tras doblegar a un Valladolid al que pudo golear, pero con el que acabó pidiendo la hora a medida que avanzaba el encuentro.

El Sadar volvió a sonreír con una victoria frente al Valladolid, que le permite a Osasuna escalar provisionalmente a la zona Champions, al ocupar la cuarta plaza, que habría sido la tercera si hubiese anotado un segundo gol ante los pucelanos. Un penalti transformado por Budimir al cuarto de hora de partido posibilita a la escuadra navarra sumar 21 puntos para establecerse en la zona noble de la clasificación.
Lo cierto es que los ayer dirigidos por Ramón Alturo se merecieron el triunfo por las numerosas ocasiones que acumularon ante un rival que dejó constancia de su condición de recién ascendido, bastante blandito en defensa y ataque. Pero precisamente esa falta de acierto local en los metros decisivos provocó que el tramo final del envite no fuese precisamente placentero.
La tripleta formada por Aimar, Bryan y Budimir capitalizó la mayor parte del caudal ofensivo osasunista, además de algún remate añadido de Peña, Juan Cruz, Catena y Moncayola. Aparte de la pena máxima ejecutada, que supone su sexta diana liguera, el ariete croata dispuso de hasta otras cuatro oportunidades más para marcar y en una de ellas el cuero fue escupido por el poste (m.55).
Los rojillos se manejaron bien en la circulación de la pelota, supieron salir con cierta facilidad de la tímida presión que ejerció el cuadro castellano en los primeros minutos y llegaron con claridad a la meta del estonio Hein, pero faltó apuntillar.
CUATRO MINUTOS
Al menos, no hubo que lamentar que alguno de los puntos volase de El Sadar. Los tres se quedaron en Iruñea por una falta dentro del área de Luis Pérez sobre Budimir que García Verdura no vio en primera instancia. Llamado al monitor a instancias del VAR, mantuvo cuatro minutos de deliberación con sus compañeros hasta que tomó la decisión final.
Ese 1-0 allanó el camino para el objetivo rojillo, que costó más de lo esperado, pues la diferencia sobre el césped parecía que, más temprano que tarde, podía trasladarse al electrónico, cosa que no ocurrió, provocando unos apuros finales que no se mereció el conjunto navarro por su rendimiento.
De hecho, aunque la zaga local estuvo bien ordenada para evitar un susto postrero, el que el Valladolid se hiciese con la posesión y metiese a los anfitriones en propio campo hizo temer lo peor. En el descuento, Catena sacó un disparo de Kike Pérez que ni siquiera iba a portería para dar rienda suelta después a la alegría de El Sadar.

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