Acaba una semana para olvidar, que el Eibar zanja con tres derrotas que le alejan del play-off y le dejan fuera de combate en Copa. Deberían servir de alivio los brotes verdes que asomaron ayer en Ipurua, más abundantes que los que ya despuntaron ante Cádiz y Málaga, pero a final de temporada solo valen los puntos y para conseguirlos son más importantes los goles que las sensaciones. Quién lo diría, pero es por ahí por donde se le están escapando los puntos al equipo armero, que ha mejorado en defensa menos de lo que ha empeorado en ataque.

Por eso ayer decidieron las áreas en contra de un equipo que solo había perdido un partido como local y en favor de otro que solo había ganado uno como visitante. El primer tiempo, en el que la posesión fue para el Elche y las ocasiones para el Eibar, se saldó con seis paradas de Dituro y dos goles de los alicantinos. Luego ya fue imposible, con la fuerza menguante de un equipo que no quiso renunciar a intentarlo pero se sabía sentenciado y la confianza creciente de su rival, sabedor de que solo un cataclismo podía dejarle sin puntos.

Empezó bien el Eibar. Dio salida a la rabia de la que hablaba su entrenador afrontando el partido con bastante más intensidad que su rival. Robaba el balón en latitudes peligrosas, contragolpeaba con velocidad, disparaban a puerta a sin miedo... Hubo ocasiones claras y no pocas. Un remate de Alkain desde el corazón del área a las nubes, un cabezazo desviado de Bautista y, sobre todo, una parada de Dituro, una respuesta de Dituro, un despeje de Dituro... Todas las alternativas valieron para el argentino, el mejor de su equipo en la primera parte, en la que evitó el gol de Sergio, Nolaskoain y hasta en tres ocasiones de Mada.

Lo peor es que en el contragolpe posterior a que Dituro respondiera de forma espléndida a un remate en plancha del vizcaino, cuando ya asomaba el descanso, llegó la sentencia. Apenas cuatro minutos antes se había adelantado el Elche, en una de sus contadísimas llegadas claras y aprovechando un error de la zaga, que dejó solo a Agustín Álvarez para que rematara el centro de Álvaro Núñez. El 0-2 lo anotaba Mourad, culminando una contra letal.

El Eibar volvió de vestuarios con las mismas intenciones pero ahora le costó más lastimar a un Elche que ya sujetaba mejor el balón, impulsado por su ventaja. Una recuperación de Mada nada más arrancar la reanudación pudo cortarle el rollo, pero Bautista remató desviadísimo. Y Dituro volvió a aparecer poco después para despejar un remate envenanado de Corpas con la colaboración del palo.

Un inexistente penalti en el área visitante que nadie reclamó y que acabó con una interminable revisión y falta a favor de los verdiblancos clausuró el partido aunque quedara media hora. Hasta entonces el Eibar había contenido la frustración y el cansancio, pero de ahí al final acabó poco menos que a merced de un rival sin más ambición que acabar tranquilo.