El presidente ruso, Vladimir Putin, confirmó el ataque ruso contra una infraestructura industrial en la ciudad de Dnipro, en el centro de Ucrania, con un misil balístico hipersónico. Se trata de un misil de alcance medio Oreshnik, que fue lanzado contra una instalación del complejo militar-industrial ucraniano, «en respuesta al uso de armas de largo alcance estadounidenses y británicas», explicó Putin en un mensaje a la nación emitido por la televisión pública.

Kiev no detalló en un primer momento los daños que causó.

Putin agregó que de esa manera se probó en condiciones de combate «uno de los novísimos sistemas de misiles rusos de medio alcance» y aseguró que el Ejército ruso alertará a la población civil ucraniana del empleo de los Oreshnik «por motivos humanitarios» y porque, «a día de hoy, no hay medios para contrarrestar esas armas» que «atacan objetivos a una velocidad de 2,5 o 3 kilómetros por segundo».

Ucrania había acusado a Rusia de haber disparado un misil intercontinental contra su territorio, proyectil capaz de transportar ojivas nucleares, lo que habría supuesto su primero uso en esta guerra y alarmó a sus aliados.

Sin embrago, EEUU aseguró que Moscú no utilizó un misil balístico intercontinental (ICBM), que supera los 5.500 kilómetros de alcance, sino un misil balístico de alcance medio (MRBM), con un rango máximo de entre 1.000 y 3.000 kilómetros.

No ayudó a la confusión la inusual situación protagonizada por la portavoz de Exteriores rusa, María Zajarova, quien recibió durante su rueda de prensa semanal una llamada en la que una voz le pedía que no dijera nada sobre el ataque de los «misiles balísticos», aunque sin mencionar la palabra «intercontinental».

En su mensaje, Putin confirmó los recientes ataques en territorio ruso con misiles de largo alcance estadounidenses Atacms y británicos Storm Shadow, contra las regiones fronterizas de Briansk y Kursk, subrayando que Moscú se reserva el derecho a usar su arsenal contra instalaciones militares de países que permiten a Kiev utilizar sus misiles para golpear territorio ruso. Advirtió de que, en caso de una mayor escalada en Ucrania, Moscú responderá de manera «decisiva y recíproca». Previamente, el Gobierno ruso había señalado que la base de defensa antimisiles en la localidad polaca Redzikowo es «una provocación desestabilizadora más de EEUU y sus aliados de la OTAN,» y que esa infraestructura está desde hace tiempo en el punto de mira de su Ejército.

Putin, que aprobó esta semana la nueva doctrina nuclear que permite respuestas con armas atómicas en caso de ataques con armas convencionales, avisó en su día de que el uso de armas de largo alcance occidentales contra territorio ruso significará que la OTAN está en combate con Rusia.

Nuevo pacto de cooperación económica Moscú-Pyongyang

Corea del Norte y Rusia firmaron un nuevo protocolo de cooperación económica en Pyonyang que brinda aún más impulso al refuerzo de lazos por el que han apostado desde el año pasado, informó ayer la agencia norcoreana KCNA. El acuerdo se firmó el miércoles en Pyongyang en la undécima reunión del comité de cooperación bilateral en comercio, economía, ciencia y tecnología, a la cual asistió una delegación rusa encabezada por el ministro de Recursos Naturales y Ecología, Alexandr Kozlov. La KCNA no dio detalles sobre su contenido, pero la agencia rusa TASS informó de que se ha decidido incrementar el número de vuelos chárter entre Pyonyang y distintas ciudades rusas (solo hay vuelos directos entre la capital norcoreana y Vladivostok) con base en el pacto firmado.

Durante el último año, los lazos entre ambos países se han visto reforzados con la celebración de dos cumbres entre Kim Jong-un y Vladimir Putin, la provisión de grandes cantidades de armamento norcoreano para que Moscú lo emplee en su invasión de Ucrania y la firma en junio de un tratado de alianza estratégica, que insta a ambas partes a asistirse mutuamente en caso de ataque y que fue firmado cuatro meses antes de que Pyonyang movilizara a unos 10.000 soldados que ahora están en Kursk.GARA