«Con respeto, todo; sin respeto, nada». Así de tajante se pronunció ayer el presidente del Euzkadi Buru Batzar (EBB), Andoni Ortuzar, en respuesta a «algunas actuaciones y acciones claramente contrarias a los estatutos y a la cultura interna del PNV». En concreto, se refirió al apoyo público a algunos candidatos en el proceso de renovación de las ejecutivas territoriales, que, a su juicio, son utilizadas «por el adversario exterior de siempre para debilitar al PNV e intentar mediatizar nuestros procesos internos».

La elección del Araba Buru Batzar (ABB) y del Bizkai Buru Batzar (BBB) son dos ejemplos de la división existente en el seno del PNV. En el caso de Araba, Jone Berriozabal se impuso a Gorka Urtaran por un exiguo margen, mientras que en Bizkaia rotros conocidos del jelkidismo, como Iñaki Anasagasti, hicieron público su apoyo a David Salinas-Armendariz, que se enfrentó a Iñigo Ansola en las primarias.

Ortuzar expresó su «pena y preocupación» ante estas situaciones, y confió en que de la Asamblea General de marzo saldrá un «partido reforzado y unido para llevar a Euskadi en el camino de la construcción nacional y social».

Explicó que el 9 de diciembre el EBB aprobará y remitirá a las organizaciones municipales los cinco documentos a debate en la Asamblea General y recordó que los batzokis podrán proponer candidatos para presidente del EBB y para los ocho burukides nacionales a partir del 20 de enero.

En cuanto a su futuro, Ortuzar sigue sin desvelar si optará a la reelección. «Como dije en su día: primero, proyecto y organización, y luego, las personas», remarcó en un acto celebrado en Sukarrieta con motivo del 121 aniversario del fallecimiento del fundador del PNV, Sabino Arana.

ROZANDO EL PRECIPICIO

Allí insistió también en que el PNV «no va a plegarse a todo» para que la legislatura estatal salga adelante: «El PNV se debe a Euskadi y si vemos que los intereses de Euskadi colisionan con la acción del Gobierno español o con las propuestas de sus otros socios, el PNV actuará y votará en consecuencia».

Y expresó su «preocupación» por el «clima poco constructivo» de la política que se viene haciendo en Madrid. Censuró que al «ataque sistemático» de PP y Vox se sume el hecho de que algunos de los «supuestos socios del gobierno» estén «exacerbando las posiciones políticas» de manera «irresponsable».

Tras una semana en la que «casi se ha rozado el precipicio», advirtió al resto de partidos que apoyan al Gobierno español que «no es hora de llegar a los máximos de cada cual», sino de alcanzar «un mínimo común denominador» y que «salgan las cosas verdaderamente imprescindibles».