Araba Bizirik sale al paso de Araba Berriztu, «marca blanca de Solaria»
Araba Bizirik organizó ayer una protesta ante las JJGG en respuesta a la movilización anunciada por Araba Berriztu en defensa de los proyectos de energías renovables. Esta última, convocada bajo el lema «Araba necesita placas y patatas», fue desconvocada.

Ayer al mediodía estaban previstas dos concentraciones frente a la sede de las Juntas Generales de Araba, en Gasteiz. Una convocada por Araba Berriztu en defensa de los parques fotovoltaicos bajo el lema “Araba necesita placas y patatas”, y otra de Araba Bizirik en respuesta a la primera. Finalmente solo aparecieron estos últimos, que desplegaron una pancarta en la que se podía leer “Araba ez dago salgai”.
«Hemos convocado una concentración en respuesta a lo que previsiblemente iba a ser una convocatoria de Araba Berriztu, que no deja de ser otra cosa que Solaria o la marca blanca de Solaria», indicó en declaraciones a los medios el portavoz de Araba Bizirik, Roberto Ruiz de Arkaute, que tildó de «provocación» su movilización. «Nos recordaba un poco a las concentraciones que hacía el caudillo en la plaza de Oriente, cuando organizaba sus propios homenajes a través de otras personas», añadió.
Según explicó, la víspera conocieron por redes sociales que Araba Berriztu había decidido suspender la concentración, aludiendo a una falta de permiso. «Sin embargo, hemos constatado que ese permiso sí que había sido solicitado y que simplemente se trataba de una treta. Suponemos que se han dado cuenta de que han sido descubiertos y de que todo esto no convence a nadie. Es una estrategia totalmente fallida». Y anunció que Araba Bizirik estará pendiente y saldrá a la calle en el caso de que Araba Berriztu vuelva a convocar una movilización. «Y no estaremos solos, porque somos muchas plataformas las que estamos en contra de esta manipulación», advirtió Ruiz de Arkaute.
Volvió a alertar del impacto de los proyectos energéticos previstos en Araba, unos «macroproyectos que van en contra del eslogan o el argumento machacón de las instituciones», que, según indicó, insisten en que «es necesario hacer estas infraestructuras por el bien de todos» y hablan de una «mal llamada transición energética». A su juicio, se trata de una «estrategiua fallida y suicida» y no supone «más que una treta para buscar una nueva fuente de negocio».
Llama la atención el nombre elegido por quienes defienden los proyectos de energías renovables previstos en el herrialde: han copiado la denominación de una plataforma creada en 2016 para protestar contra el fracking y la exploración de hidrocarburos, Berriztu.
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