El PNV celebrará el 29 y 30 de marzo en Donostia su Asamblea General y, por mucho que probablemente en Sabin Etxea querrían otra cosa, de momento, el mayor interés que concita ese congreso es si Andoni Ortuzar continuará o no optando a seguir siendo el presidente del EBB, con la convicción absoluta que si decide quedarse lo hará con el aplauso general. Quizá no logre la unanimidad de diciembre de 2020, porque ahora ha surgido un sector algo protestón, pero será difícil que pueda poner en jaque o siquiera en apuros al aparato.

Sería su cuarto mandato y los estatutos nacionales actuales del PNV -renovados en 2020- determinan que «la reelección de los cargos internos solo podrá efectuarse por una sola vez, debiendo transcurrir un mandato para poder acceder a una nueva elección. No obstante, la asamblea competente para la elección de tales cargos podrá, de manera expresa e individualizada, excepcionar la aplicación de esta limitación a la reelección».

Pero la ponencia de Organización que se debatirá en la Asamblea General de Donostia ya avanza que «la limitación del tiempo de permanencia en los cargos ha sido y es una cuestión recurrente en todo debate interno. Sin embargo, si el régimen electoral en cada uno de nuestros ámbitos de representación continúa sin contemplar restricción alguna, y no lo hace porque la mayoría de la representación de los partidos políticos ha decidido no limitarla, sería una imprudencia autolimitarnos». Aunque prevé que a futuro sí sería «prudente que para poder optar a más de dos mandatos consecutivos se exija una mayoría de votos cualificada en el ámbito correspondiente».

Ortuzar, de momento, podría seguir con un permiso simple, porque el EBB «considera imposible» simultanear el debate de la ponencia de Organización con la probación de los nuevos estatutos, lo que prefiere «diferir» a una tercera sesión de esta Asamblea General que prevé para octubre.

LOS CINCO BORRADORES DE PONENCIAS DEL EBB SUMAN 124 PÁGINAS Y NINGUNA SOLA VEZ APARECE LA PALABRA «AMIGUISMO», QUE SEGÚN EL PROCESO «ENTZUNEZ ERAIKI» ES UNO DE LOS MALES DE IMAGEN QUE SUFRE EL PNV.

Como tampoco se hace ningún análisis del último ciclo electoral menguante que ha sufrido el partido, perdiendo decenas de miles de votos.

Según los redactores de las ponencias, el PNV padece la «desafección» de los partidos que se han dado tras los primeros años de la transición y los actuales cambios sociales. El PNV «empezó a parecerse más a los partidos tradicionales de las democracias occidentales: más centrado en la gestión que en la movilización de aspiraciones colectivas». Entre tanto, hay «una parte cada vez más grande de la ciudadanía actual que prioriza el impacto inmediato sobre el compromiso a largo plazo. En lugar de afiliarse a partidos políticos, muchas personas eligen participar en movimientos efímeros ligados a coyunturas puntuales o causas específicas».

Sí reconocen las ponencias que «esta fragmentación de la sociedad es un reto para EAJ-PNV, ya que mientras otros actores han sabido enganchar a estos nuevos espacios y los han empleado para reforzar su narrativa, EAJ-PNV se enfrenta a la necesidad de redefinir su estrategia».

PERO DE LA LECTURA DE LAS PONENCIAS SE DEDUCE QUE EL PNV ENTIENDE QUE SU PROBLEMA NO ES DE LAS POLÍTICAS QUE PRACTICA, SINO QUE LA COMUNICA MAL Y HA PERDIDO CONEXIÓN CON LA SOCIEDAD.

La ponencia 4, titulada contradictoriamente como «un partido al servicio de su/un pueblo», determina que tiene que tener «agilidad en la comunicación».

Por ello, sostiene que debe «reflexionar sobre la forma y revolucionar la manera en la que EAJ-PNV no solo comunica sino gestiona la comunicación en diferentes medios de comunicación convencionales, públicos y privados, revisando también los espacios en que EAJ-PNV constituye un actor decisorio».

Y ahí llega la frase más significativa de todas esas docenas de páginas por todo lo que encierra. El PNV se atreve a escribir abiertamente en una de sus ponencias que debe «garantizar que el ente público (y no hay otro que EiTB) refleje la pluralidad de la sociedad, sin convertirse en instrumento político, pero tampoco desvinculado de los intereses legítimos del Partido».

De poco sirve hablar por ejemplo de la «transparencia y rendición de cuentas» o de la «ética» de los dirigentes, cuando eres capaz de teorizar ante la ciudadanía que necesitas que la radio televisión pública no se desvincule de los intereses del partido que además defines de «legítimos».

Después de eso, recoger en la ponencia que el PNV ha de «mantener los batzokis limpios y atractivos, con espacios de información actualizados y visibles», suena casi a broma. Al igual que la apelación a «escuchar con humildad, atención y de manera activa lo que la sociedad demanda para aceptar la realidad, conocer nuestros límites y hacer posible lo que es necesario».

También se propone «revisar con osadía» las principales conmemoraciones, «tanto su formato y localización como las fechas de celebración: Aberri Eguna; 31 de julio, fecha fundacional del Partido; Alderdi Eguna; y conmemoración de la muerte de Sabino Arana».

EN LO RELATIVO A LA CUESTIÓN NACIONAL, EL PNV PROPONE «DEFINIR DESDE LA INNOVACIÓN POLÍTICA QUÉ ES Y SIGNIFICA HOY LA SOBERANÍA».

En este sentido se afirma que «en el siglo XXI y en el proceso abierto de federalización europea, no es una buena idea aspirar a clonar miméticamente estructuras de Estado que se han demostrado ineficaces para desarrollar este proceso de integración. La integración política europea ha modificado el paradigma de la soberanía estatal clásica, desarrollando un modelo basado en compartir dicha soberanía en un entramado supraestatal para abordar retos y problemas comunes». De ahí que el PNV asegure en sus ponencias que «debemos impulsar desde la innovación política fórmulas de reconocimiento y respeto a nuestra identidad nacional propia y a nuestra soberanía del siglo XXI».

Señala también la ponencia que «el derecho a decidir de un pueblo es, ante todo, un principio democrático y, por tanto, integrador y moderno; es eminentemente europeo y europeísta».

Propone el PNV «pactar con el Estado un Nuevo Estatus político para la CAV basado en el reconocimiento nacional y del derecho a decidir del Pueblo vasco, y un nuevo pacto para blindar el Amejoramiento de las decisiones unilaterales que impiden su cumplimiento». Bilateralidad, derechos históricos y un fondo de poder «que garantice los derechos políticos, culturales, lingüísticos, sociales y económicos».

EN MATERIA INTERNACIONAL, EL PNV ASEGURA TENER «LA CONVICCIÓN DE QUE NUESTRA ACCIÓN INTERNACIONAL DEBE SER UN REFLEJO DE LOS VALORES QUE DEFENDEMOS EN EUSKADI: DEMOCRACIA, JUSTICIA SOCIAL, DERECHOS HUMANOS Y RESPETO A LAS IDENTIDADES».

Aunque después la descripción que hace de algunas situaciones que se padecen en el planeta puede hacer dudar de ello.

Por ejemplo, en lo que define como «Conflicto en Oriente Próximo», señala que «este conflicto enfrenta a Israel con grupos armados como Hamás y Hezboláh en Gaza, Cisjordania y Líbano. Se ha convertido en un conflicto regional, con la participación de Irán, que ha llevado a una mayor inestabilidad en la zona. Se trata de un conflicto que genera divisiones profundas a nivel internacional por la trayectoria histórica que tiene».

EN MATERIAS SOCIALES COMO LOS CUIDADOS Y LA VIVIENDA, EL PNV APUESTA SIN TAPUJOS POR LA UNIÓN DE LO PÚBLICO Y LO PRIVADO.

Afirma que «el nuestro es un modelo de cuidados público, de responsabilidad y liderazgo públicos, pero en el marco de una colaboración público-privada». Explicando que «no todos los servicios englobados en el sistema de bienestar deben ser prestados por funcionarios públicos».

En cuanto al problema de la vivienda, el PNV afirma que «se han realizado modificaciones normativas en España, que afectan a la CAPV y a Nafarroa, con el propósito de limitar, en determinadas zonas consideradas tensionadas, el precio del alquiler. Entendemos que la solución no pasa tanto por un ejercicio limitativo como por incrementar la oferta de vivienda existente, tratándose de una solución a medio y largo plazo». Y recoge que para tener más vivienda, además de los presupuestos públicos, debería experimentarse «con otras vías de financiación como fondos público-privados, que garanticen una rentabilidad razonable y no excesiva».

Las organizaciones municipales del PNV tienen hasta el 27 de enero para presentar enmiendas a estas ponencias.