Agustín GOIKOETXEA
BILBO
MANIFESTACIÓN DE SARE EN BILBO

Una multitud reclama una «solución justa» al problema de las cárceles

De nuevo, una multitud -67.000 personas, según el habitual recuento que efectúa GARA- participó ayer en las calles de Bilbo en la manifestación convocada por Sare para reivindicar una «solución justa» al problema de las cárceles y que todas las víctimas del conflicto violento vivido en Euskal Herria se puedan acercar a una paz justa.

A la izquierda, aspecto de la calle Autonomía al paso de la pancarta de cabeza. A la izquierda, familiares de presos y Lluís Llach y Gorka Knörr cantando «Txoria txori» de Mikel Laboa.
A la izquierda, aspecto de la calle Autonomía al paso de la pancarta de cabeza. A la izquierda, familiares de presos y Lluís Llach y Gorka Knörr cantando «Txoria txori» de Mikel Laboa. (Gorka RUBIO - Mikel MARTINEZ DE TRESPUENTES | FOKU)

 

Bilbo volvió ayer a ser escenario de una importante movilización por los derechos de las presas y presos vascos, que reunió a decenas de miles de personas -67.000 asistentes, según el recuento que realizó GARA- e importante presencia de delegaciones de organizaciones políticas y sociales llegadas desde Catalunya, que reivindicaron que ya es hora sellar las consecuencias del conflicto, con tres claves: «Resolución, paz y convivencia».

La identidad de quienes portaban la pancarta de cabeza con el lema «Behin betiko» mostraba el carácter plural de la convocatoria. La activista vasca-saharaui Garazi Hach Embarek compartió espacio junto a la profesora universitaria Arantza Aldezabal, la víctima de la violencia estatal Ane Muguruza, el histórico alcalde de Bergara José Luis Elkoro, Emilie Martin (Bakebidean), el periodista Martxelo Otamendi, la abogada Amaia Izko, Eba Ferreira (Harrera), el actor Patxi Bisquert, el familiar de preso Rafael Larretxea, junto a Bego Atxa y Joseba Azkarraga, de la red ciudadana Sare.

Detrás, amplia representación política vasca con Arnaldo Otegi liderando la de EH Bildu, Xabi Larralde por EH Bai, Arkaitz Rodríguez por Sortu y la secretaria general de EA, Eba Blanco, sin olvidar la sindical con Mitxel Lakuntza, secretario general de ELA; el coordinador general de LAB Igor Arroyo, junto a integrantes de ESK, Steilas, Hiru, EHNE, CGT, CNT y Etxalde caminando con otros representantes de la cultura, universidad, deportes y de la sociedad vasca, y las delegaciones catalana, gallega y de Illes Balears.

Delante, joaldunak y personajes mitológicos como Basajaun y cuatro traviesos galtzagorriak se encargaron de abrir paso por una abarrotada calle Autonomía mientras miles de voces coreaban con insistencia «Euskal presoak etxera».

AMPLIO RESPALDO CIUDADANO

Esa y otras consignas no cesaron ni cuando Atxa y Azkarraga tomaron la palabra a la conclusión, en las escalinatas del Consistorio bilbaino, después de que Lluís Llach y Gorka Knörr interpretaran ‘‘Txoria txori’’ de Mikel Laboa. Luego, Ines Osinaga con “Dena aldatzen da’’ puso el broche final. Comenzaron agradeciendo el respaldo cosechado y constatando una vez más que su reivindicación es ampliamente secundada por miles y miles de personas, «que no van a permitir que, en su nombre, se continúen vulnerando derechos y aumentando la crispación y el enfrentamiento».

Tras reconocer avances, «más lentamente de lo que quisiéramos», señalaron que «nos toca continuar empujando», para lo que consideran fundamental hacerlo juntos. «Solo desde la unidad, desde el compromiso militante por el derecho y los derechos humanos, es posible poner fin a décadas de confrontación y sufrimiento», sostuvieron.

«No estamos exigiendo privilegios de ningún tipo, sino la aplicación de una política penitenciaria ordinaria, sin excepcionalidades, sin discriminaciones ni criterios de oportunidad política. Exigimos el mismo trato y los mismos criterios aplicados al resto de personas presas», incidieron. «Las condenas impuestas, no les pueden anular sus derechos. No pueden impedirles el derecho que tienen a su libertad», insistieron.

No ocultaron las trabas. «Ya basta, que ciertos ámbitos políticos, judiciales o algunos medios de comunicación, se erijan en evaluadores de las conciencias de las de los presos y presas de motivación política», dijeron con enfado. «¿Quiénes son ellos, para dudar de la veracidad, sinceridad y alcance de las voluntades que de manera individual vienen haciendo personas con muchos años de prisión a sus espaldas?», les interpelaron.

Demandaron construir la convivencia desde la «autocrítica colectiva». «No se puede exigir autocrítica solo a los presos y presas vascos, sin que la hagan, asimismo, todas las instancias responsables de vulnerar derechos humanos, entre las que están el propio Estado», subrayaron.

TODAS LAS VÍCTIMAS POR IGUAL

«La construcción de una memoria colectiva del conjunto de vulneraciones de derechos en nuestro país exige incluir los asesinatos del terrorismo de Estado, la práctica de torturas y los abusos de poder. Porque una paz sin violencia, pero con injusticias y desmemoria, no nos sirve», añadieron. Por ello, abogaron por «fortalecer el respaldo y apoyo a las víctimas de las violencias. De todas las violencias -apuntaron-. Porque siendo las víctimas iguales en sufrimiento, son desiguales para las varas de medir políticas y judiciales».

Desde Sare exigieron «el mismo reconocimiento a las miles de personas torturadas, asesinadas por las fuerzas de seguridad, el terrorismo de Estado y los fascistas. E igualmente para las abusadas por el poder o la Guardia Civil y que no tienen el beneficio del reconocimiento, pero si la garantía de ocultación e impunidad de sus perpetradores. Esas víctimas existen y las mantienen ocultas».

Confesaron que aún hay un largo camino por recorrer pero fuerza para seguir adelante. «Solo una solución justa al problema de las cárceles y a todas las víctimas nos puede acercar a una paz justa», defendieron, exigiendo que se aplique la justicia ordinaria.