Natxo MATXIN
OSASUNA

Un interminable descuento aborta otra victoria casi en el bolsillo

Sexto empate del conjunto navarro en las últimas nueve jornadas ligueras en las que no conoce la victoria. Rozó el triunfo en el Gran Canaria, pero, con todo a su favor al estar en superioridad numérica y por delante en el marcador, se metió demasiado atrás.

Aimar celebra con Boyomo un gol que finalmente no sirvió para que Osasuna regresase a la victoria.
Aimar celebra con Boyomo un gol que finalmente no sirvió para que Osasuna regresase a la victoria. (Sabrina CEBALLOS | LA OTRA FOTO)

Osasuna no termina de finiquitar los partidos y dispuso de otra magnífica oportunidad para abortar su sequía de victorias en Liga, pero volvió a encajar en un interminable descuento -13 minutos-, encadenando un nuevo empate. Los rojillos no supieron gestionar la superioridad numérica que tuvieron desde el 73, se encerraron demasiado atrás y eso le dio alas a su contrincante para rescatar un punto en un choque plagado de amonestaciones.

Aunque sin goles, fue entretenida una primera parte en la que ambas escuadras buscaron el marco rival, conscientes de que, en un principio, el reparto de puntos no convencía a ninguna de las dos partes. Eso sí, si alguien se mereció ponerse por delante en el luminoso ese fue el conjunto navarro con, por lo menos, tres claras ocasiones para adelantarse en el estadio de Gran Canaria.

La primera, en el minuto 12, cuando Rubén García, de falta directa -Fuster frenó a Barja al borde del área-, ejecutó superando la barrera, pero con poca distancia como para que el balón bajase, marchándose rozando la parte superior del travesaño.

La segunda la protagonizó Budimir, tras un pase interior de Aimar que, a la primera, tocó de tacón Moncayola para dejársela a pedir de boca al croata, que embocó a la escuadra, pero se encontró en el camino con la manopla de Cillesen (m.33).

Y la última, al borde del descanso. El de Arazuri protagonizó una salida de calidad, quebrando a todos los contrarios que le salieron al paso, para combinar con Kike Barja, quien, haciendo la diagonal, se sacó un chut combado que superó al meta local, pero que repelió finalmente el poste (m.42).

Las Palmas, por su parte, intentó disponer más del esférico -no siempre lo logró-, pero su estéril dominio acabó en disparos lejanos o errados y algún que otro que encontró portería, pero sin generarle excesivo peligro a Herrera.

DEMASIADO ATRÁS

El cántaro, por fin, acabó de romperse. Budimir retuvo una pelota dentro del área canaria y cedió, aunque no de manera ortodoxa pero sí efectiva, a un Aimar que ya les marcó a los isleños en la primera parte y que fusiló dentro del área pequeña para conseguir la recompensa tan ansiada (m.53).

Todavía se le pusieron mejor las cosas a Osasuna cuando su oponente, frustrado por la actuación de un tarjetero Gil Manzano, se quedó en inferioridad numérica por las reiteradas protestas de Essugo, al ver la segunda amarilla. Sin embargo, esa ventaja no la supo gestionar la escuadra navarra, al meterse demasiado atrás y permitir que los anfitriones llevasen la iniciativa y acumulasen futbolistas en ataque.

La extensión del tiempo extra -13 minutos- acrecentó los nervios y la inseguridad por mantener la portería a cero, algo que hasta entonces se había logrado por las intervenciones de un Sergio Herrera que poco pudo hacer en el empate al colarse el esférico por debajo de la barrera (m.98).

Pese al varapalo, el bloque navarro aún tuvo arrestos para intentar volver a ponerse por delante, algo que solo lo impidió el pie de Cillesen a un remate a bocajarro de Raúl (m.99), teniendo que conformarse con un nuevo empate.