El Athletic no encuentra la llave
Los rojiblancos se quedan sin marcar en San Mamés por segunda vez en toda la temporada. Se lo impidió el Leganés, aguantando un vendaval que se saldó con quince córners y una treintena de remates pero solo tres entre los tres palos.

Probó con todas las que llevaba en el bolsillo pero el Athletic no encontró la llave para abrir el cerrojo del Leganés. El equipo madrileño aguantó el bombardeo de su anfitrión, que se quedó sin marcar en San Mamés por segunda vez en toda la temporada.
La sorpresa no es tanta yéndose a los últimos partidos de un Athletic que en este agotador arranque de 2025 ya había sido incapaz de batir a Logroñés y Barcelona. O a la especialización que ha adquirido su rival, que ya había secado antes a Atlético y Barcelona, además en ese caso para ganar. Una posibilidad que sobrevoló San Mamés, donde los madrileños enviaron un balón al larguero y Unai Simón firmó dos paradas salvadoras.
Dmitrovic no tuvo que intervenir mucho más y ahí está el porqué del resultado. El Athletic lo intentó sin descanso, forzó hasta quince córners, estuvo siempre metido en el partido y probó desde todos los ángulos y con casi todos sus jugadores. Pero los remates entre los tres palos pueden contarse con los dedos de la mano -tres de 29- porque el Leganés sabía a lo que venía y cómo hacerle frente y con un alarde de concentración, porque hay que aguantar ese chorreo, permitió muy pocas veces que los rojiblancos tuvieran opciones claras de remate dentro del área. Tampoco ayudó el descanso, que se va acumulando -son siete partidos ya desde el cinco de enero-, por mucho que Ernesto Valverde oxigenara el once casi por completo. Borja Jiménez también metió mano al suyo, en este caso para proteger mejor a Dmitrovic, lo que consiguió retrasando a Alti para colocar cinco atrás, y la de Miguel para dejar a Dani Raba como único hombre en punta.
El Athletic se lanzó a por el partido desde el pitido inicial ante un rival que se veía tranquilo. Pero aunque un córner voleado por Vivian que se marchó fuera por milímetros y un cabezazo de Guruzeta animaron la cosa, hubo que esperar casi hasta el descanso para ver trabajar a Dmitrovic, que primero detuvo en dos tiempos un remate desde la frontal de Berenguer, el rojiblanco que mejor se hizo hueco entre las apretadas filas locales, y después volvió a frustrar al navarro, reaccionando ante un cabezazo a bocajarro en el área pequeña.
SUSTOS
El partido cambió en el descanso y no para bien porque el Leganés siguió defendiéndose con acierto y además tuvo más descaro, hasta el punto de que las ocasiones más claras fueron suyas. Yuri entró para dar profundidad a su banda pero el primer balón que tocó, cuando no se había cumplido ni medio minuto de la reanudación, fue para liársela a Unai Simón con una mala cesión cuando Brasanac llegaba al área pequeña, que solventó Vivian. Se desquitó participando en el contragolpe posterior, que acabó con un remate de Berenguer.
En un arranque trepidante, el Leganés se reservó un susto aún mayor, con el centro de Raba, el cabezazo de Miguel y la espectacular estirada de Unai Simón, que rozó el balón lo justo para desviarlo al palo. No se dejó llevar por la emoción el equipo madrileño, que volvió a replegarse para aguantar el chaparrón. Lo quiso reavivar Valverde volviendo a mirar al banquillo pero ni el esperado regreso de Oihan Sancet obró el milagro. Sí lo hicieron el larguero, repeliendo un chutazo de Munir, y Unai Simón, resolviendo un mano a mano con Chicco.

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