La efectividad en el saque de córner sirve para birlarle un punto al Betis
El cuadro rojiblanco sufrió, pero logró empatar dos veces el marcador merced a sendos saques de esquina botados por Berenguer y anotados por Prados y Sancet. Se notó bastante la ausencia de Nico Williams, baja de última hora por un problema muscular.

Aunque la fama no siempre se traslada con los hechos, lo cierto es que el buen nombre que tiene el Athletic como equipo que aprovecha las jugadas a balón parado tuvo anoche su refrendo en su partido ante el Betis. Por dos ocasiones se adelantó el cuadro sevillano y sendos saques de esquina botados por Berenguer y rematados por Paredes y Sancet trajeron como premio un sufrido punto, que menos da una piedra, ya que deja a los bilbainos con 41 puntos, cuartos en la liga.
Todo ello en una jornada complicada por la ausencia de Nico Williams de la convocatoria a causa de «una sobrecarga en la musculatura isquiosural de su pierna izquierda». También causó baja Unai Núñez por otro problema muscular, pero es evidente que el peso específico que el menor de la saga de los Williams es mayor que el del central vizcaino.
Se notó la ausencia de Nico Williams en un once inicial con muchos cambios por parte del Athletic. Por ejemplo, jugaron con un once sin un delantero centro específico, con Berenguer y Unai Gómez, junto con Sancet, alternándose.
Pronto se torció la cosa. Una pérdida de Iñaki Williams en el centro del campo supuso una gran jugada de Antony y aunque el remate del brasileño lo sacó Unai Simón, un Isco Alarcón que siempre suele hacerle daño al Athletic estuvo atento para, al escaso cuarto de hora, poner el marcador cuesta arriba con el 1-0.
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Un par de llegadas sobre la meta de Adrián fueron el preludio de otro susto, en el que un caño de Isco dejó con el campo cuesta abajo a la contra para Bakambu. Por fortuna, la presión de Gorosabel obligó a un remate forzado al delantero bético y su remate se marchó fuera.
Dos minutos más tarde, Berenguer ingresó por las bravas en el área, forzando un córner cuando ya no podía provocar nada más. Y el propio Berenguer se quedó cerca de anotar el famoso gol olímpico, pero su estomagante saque de esquina lo pudo despejar mal que bien el bueno de Adrián, dándole a Paredes en la chepa, suficiente para anotar el tanto del empate en una carambola digna de las mesas de billar francés.
Reaccionó el Betis y un tremendo pase de Antony para Cardoso por poco no fue el 2-1, pero esta vez Unai Simón respondió a la perfección con una gran mano, aunque Isco, en un rechace que más golpeó el balón al delantero que viceversa, remachó poniendo el esférico en órbita, lejos de la portería.
Parecía el duelo encaminado al empate en el descanso, pero no fue así. Llegó el tanto de Perraud en una jugada de mil infortunios rojiblancos, justo antes del receso. Faltó contundencia en Mikel Jauregizar que se dejó robar el balón por detrás por Bakambu, amén de que el mediocentro de Bermeo se entretuvo en exceso pidiendo una falta que nunca llegó. Con todo, el gol de Perraud se hubiera podido evitar de haberse lanzado Unai Simón con menos florituras y más decisión, porque el de Murgia, justo es reconocerlo, se «comió» el zapatazo del jugador francés, dejando a los de Ernesto Valverde con cara de lelos ya enfilando la puerta de los vestuarios.
Le costó al Athletic reponerse del golpe. El Betis dio un paso adelante en su intensidad, impidiendo al Athletic arrimarse al área verdiblanca, salvo una dejada de Unai Gómez que voleó Sancet defectuosamente a las manos de Adrián.
Pero cuando peor pintaban las cosas, Berenguer forzó otro córner y Sancet lo cabeceó por la escuadra; impensable premio al momento de oscuridad. Los cambios templaron el juego de los equipos, y en especial, destacó Canales por darle algo de luz al juego e Iñaki Williams por percutir pese al cansancio. Un golpe de Marc Roca sobre Djaló precipitó el empate final, que menos es nada.

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