Raimundo FITERO
DE REOJO

Los ricos más ricos

Las cifras que van comunicando las entidades bancarias estatales sobre sus ganancias en el año anterior parecen sacadas de un cuento disruptivo. Todos los grandes han batido récords, todos se han quejado de manera ruidosa de todo lo que se ha intentado hacer para que contribuyan un poco más con sus impuestos, todos forman parte de la oligarquía financiera de cercanía. Descontando a los más ricos del mundo que acumulan capital para varias generaciones y forman parte del actual gran problema de deslegitimación de los valores democráticas, en general, los ricos crecen; los pobres más. Los ricos son más ricos y los pobres más pobres.

Las clases medias alimentan cotidianamente a los ricos. Desde que os despertamos, hasta que volvemos a la cuna a la noche, todas nuestras acciones pequeñas están perfectamente organizadas para que hagamos más ricos a los ricos. Encendemos la luz y la factura de la electricidad hace más rico a alguien; si nos duchamos, lo mismo. Si vamos en automóvil al trabajo, ni te cuento. La ropa que vestimos está controlada por entidades manufactureras globales cuyos propietarios son multimillonarios. Cada vez que mandamos un mensaje, una foto, un meme, a alguien le suena la máquina de sumar. El entretenimiento audiovisual nos mece a base de publicidades multimillonarias.

Todo está en manos de los ricos que se hacen más ricos con todo lo que nosotros comemos o bebemos y además los servicios están obligatoriamente bancarizados, por lo que hasta respirar devenga intereses a las entidades bancarias. Suma y sigue sin fin. Algún día reventará el sistema.