«Las fronteras que queden entre Ucrania y Rusia serán ‘de facto’»
La especialista Nahia Sanzo, integrante del «think tank» Geopolitikaz, explica la estrategia de EEUU para quedarse con los recursos naturales de Ucrania y acabar con la guerra ante una UE «sin herramientas» para responder al ninguneo. Augura un futuro «muy difícil» para el país invadido y explica por qué las fronteras entre Ucrania y Rusia serán «de facto».

La socióloga y periodista gasteiztarra Nahia Sanzo Ruiz de Azua confiesa que hace once años se dedica «a leer un rato todos los días» sobre lo que ocurre en Rusia y Ucrania. Especializada en Europa del Este, ha vivido en Moscú y Madrid, y pertenece al think tank Geopolitikaz, un grupo que también produce un podcast.
En entrevista con GARA, explica los detalles del incipiente proceso de negociación, con las tierras raras e hidrocarburos de Ucrania como inesperados protagonistas, además de un Donald Trump envalentonado para «decidir el marco» y dejar fuera a la UE. También augura que por mucho tiempo no habrá fronteras oficiales entre los países en guerra y que, a diferencia de 2022, Kiev está en clara desventaja.
¿Sorprendida por la velocidad de los acontecimientos?
Ya sabíamos que [Donald] Trump quería finalizar la guerra y hacerlo rápido. Esto ha pillado fuera de juego a Ucrania y a la UE, porque están hablando Moscú y Washington por encima de Kiev y Bruselas.
La sensación que quiere transmitir EEUU es que aquí mandan ellos y que deciden la forma, el lugar y quiénes serán los actores en la mesa. Que no esté Ucrania ahora no significa que no lo esté en el futuro, pero EEUU está intentando imponer los términos. El toque final de cuestiones que EEUU considera superficiales lo podrán decidir directamente entre los Gobiernos ruso y ucraniano. De allí que se hayan dividido las negociaciones y que el enviado de Trump para Oriente Medio hable con Rusia y con Ucrania lo haga otro, el general Kellogg. En el Kremlin no se le ve con buenos ojos, sino como enviado del complejo militar industrial.
Los aspectos a negociar no son pocos y básicos: el alto el fuego, las fronteras de facto, porque no habrá reconocimiento oficial a los territorios ucranianos que queden bajo control ruso, y las garantías de seguridad. Luego hay detalles como los derechos lingüísticos y culturales de la población de habla rusa en Ucrania, las sanciones contra Rusia, los intercambios de prisioneros...
¿Tan seguro es que no va a haber fronteras oficiales?
Si de algo estoy segura es que no va a haber territorio oficial. Las fronteras quedarán de facto. Ucrania renunciará a esos territorios porque no los puede recuperar por la vía bélica ni de negociación, y reconocer esos territorios como rusos abriría un melón del derecho internacional, un precedente que no interesa a Occidente. Las fronteras de facto estarán muy militarizadas, una especie de Corea, con una cierta relajación porque las dos partes entienden que las fronteras son las que son, un poco lo que ha ocurrido entre Georgia y Abjasia.
¿Recuperar el Donbass a cambio de ceder Crimea es una quimera para Ucrania?
Ahora mismo nada de eso es posible. En 2022, la negociación llegó bastante lejos, según fuentes occidentales, y en aquel momento se rompen en junio cuando estaba cerca un acuerdo, con fronteras negociadas y garantías de seguridad. Rusia estaba dispuesta a quedarse solo con Crimea, que se anexionó hace 11 años, y el Donbass. Ni EEUU ni Reino Unido estaban dispuestos a dar las garantías de seguridad que discutían Rusia y Ucrania.
Lo que ha cambiado ahora es que Rusia ya no está dispuesta a retirarse de todos los territorios del sur que no son el Donbass y Crimea. Hasta 2022, el acceso de Rusia a Crimea era por ferry o desde el puente, ahora hay un corredor terrestre desde el Donbass hasta el itsmo de Crimea. Por más que Ucrania reniegue, está negociando con un actor mucho más poderoso, su postura se ha debilitado porque todo depende de Washington. Si EEUU quiere que acepte la neutralidad no le quedará otra, porque es bastante cuestionable que la UE pueda ser capaz de suministrar el material y la munición e inteligencia en tiempo real para que Ucrania siga luchando.
¿Hay expectativas de una paz real y sustentable?
Trump ha dejado claro que no le interesan Europa ni la guerra de Ucrania y que tras suministrar ayuda financiera y militar a Kiev, ahora espera una compensación, y ha decidido que sea en forma de riquezas minerales, las tierras raras ucranianas, y gas y petróleo.
El plan de la victoria que presentó [Volodimir] Zelenski el año pasado era precisamente esto, poner a disposición de los aliados la explotación de estas riquezas, se entendía, en cooperación. El “Daily Telegraph” ha filtrado el borrador que el secretario del Tesoro le presentó, en el que le exige la cesión del 30% de los ingresos por explotación de esas riquezas y el 50% de lo que Ucrania gane con las concesiones a otras empresas. El periódico lo compara, y con razón, con las reparaciones que impusieron los países vencedores a Alemania en el Tratado de Versalles.
Trump habla de 500.000 millones de dólares, que supera por mucho la asistencia que ha dado a Ucrania, que según estimaciones no supera los 120.000 millones. Según él, Washington ha aportado 350.000 millones. Él busca un beneficio económico brutal y por medio de unos términos que son absolutamente coloniales y esto viniendo de un aliado que se creía que le estaba ayudando a luchar contra quien le había invadido. Además, Trump habla en pasado, no de cooperación, sino de recuperar el dinero que EEUU ha puesto, un pago por los servicios prestados.
Pero, entonces, ¿con todo esto es posible una paz duradera?
Si hubiera un acuerdo sería relativamente favorable a Rusia en términos territoriales y sin presencia de la OTAN en Ucrania. Por parte de Ucrania, tiene que estar dispuesta a renunciar temporalmente a los territorios y lo hará, pero a cambio de garantías de seguridad reales, y ahí está el nudo gordiano. ¿La UE es capaz de ofrecer a Ucrania garantías de seguridad para que tenga la certeza que en cinco años no volverá a la situación actual? Eso es lo que va a determinar si puede haber un acuerdo real. La otra opción es que EEUU imponga el acuerdo desde arriba y Ucrania no tenga mas remedio que aceptarlo. Es factible, por tanto, que pueda haber un alto el fuego y que resulte relativamente estable.
¿Qué ha pasado para llegar a este escenario?
Los primeros meses, Rusia sobreestimó su fuerza y subestimó la de su oponente y se lanzó hacia Kiev sin la cobertura aérea y sin la cantidad de tropas necesarias. La UE pensó que el tiempo favorecía a Ucrania, y que el aislamiento y las sanciones obligarían a Rusia a ceder. Pero EEUU y la UE no tienen capacidad para sancionar a un país como Rusia, no es realista intentar hacerle el bloqueo de Cuba al país más grande del mundo.
Rusia se puso de forma lenta pero segura en modo de economía de guerra, ha conseguido recuperar parte de la producción militar y fue capaz de seguir produciendo y auto-suministrándose. No ha tenido la dependencia del exterior que sí ha tenido Ucrania y depender de la voluntad ajena resulta a la postre perjudicial.
Al final, los números no son lo único que importa en la guerra, pero importan. El potencial demográfico-industrial-militar de Rusia es muy superior al de Ucrania. Cuando en setiembre de 2022 empezó la movilización rusa, se invierte el equilibrio. Históricamente, Rusia siempre empieza mal las guerras. En el inicio de la invasión era evidente que Rusia se habia quedado atrás en términos de drones y tuvo que pedir ayuda a sus aliados, en aquel caso Irán. En otoño de 2022-2023 preparó una línea de defensa llamada Surovikin por el nombre del general que la supervisó, y que EEUU y la UE pensaron que Ucrania iba a poder romper.
El momento clave fue otoño de 2022, cuando Ucrania obtiene sus mejores victorias. Entonces podría haber optado por negociar desde una posición de fuerza, pero junto con los aliados pensó que era posible una victoria militar y amenazar el control ruso de Crimea. Fnalmente, el Ejército ucraniano pasa meses intentando romper el frente y queda muy debilitado.
¿Está en condiciones la Unión Europea de responder al ninguneo de Trump?
No parece que tenga ninguna herramienta real para ofrecer resistencia. Lo que se ofrece a EEUU es más inversión al sector militar, superar el 2% del PIB, ahora se habla del 3%. Sea justo o no, ahora lo que impera es la voluntad de Trump. La UE tendrá un papel, se le dará voz pero no voto, y se verá qué papel tendrá en la reconstrucción de la estructura de seguridad europea con EEUU anunciando que su objetivo es centrarse en la región que le interesa, que es Asia Pacífico.
La subordinación de la UE en términos económicos, geopolíticos y estratégicos de los últimos años le está costando no tener capacidad de respuesta. Si vemos las declaraciones de los líderes europeos, están coreografiando lemas publicitarios, superficiales. Cuando financieramente la UE ha aportado a Ucrania más que EEUU.
¿Cómo estará Ucrania en diez años, a largo plazo? ¿Qué sucederá con sus millones de desplazados?
Todo dependerá de la respuesta económica. Los problemas de infraestructuras y las necesidades de reconstrucción son inmensas. Hay que reconstruir las infraestructuras públicas, que estaban ya muy minadas por el paso del tiempo y la dejación del Estado.
La pérdida de población es un problema, una parte siempre vuelve al país cuando vuelve la paz, pero otra no va a hacerlo si no tiene una garantía de una seguridad mínima. El problema demográfico es el mismo que el de Rusia en los noventa: fuga de población y falta de gente joven. Los campos minados serán a su vez un problema para una generación. Y veremos de dónde salen los fondos para la reconstrucción y cómo se hace. El futuro de Ucrania es complicado incluso aunque haya alto el fuego, elecciones y acuerdo final de paz. EEUU parece que está para sacar dinero y no para aportar desarrollo.
¿Vladimir Putin queda consolidado?
Ha conseguido aguantar el envite de la guerra económica. También es verdad que Rusia ha perdido mucho; los partes de guerra que dan los dos bandos son irrisorios, pero las estimaciones más confiables dan 120.000 bajas mortales de soldados rusos y 74.000 ucranianos, aunque seguramente sean más. Además, Rusia tendrá que reconstruir la parte más dañada, el Donbass está destruido y ha perdido toda su riqueza industrial y mucha población ha huido. Esto no será una victoria para nadie, la guerra siempre es una derrota para uno y otro lado del frente. Hablamos de una negociación que será dura y un final de guerra no concluyente, sin victoria contundente de nadie.

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