Bassala Bagayoko: «Si debía matarme, me iba a matar. Venía con hambre»
El pívot maliense, el debutante más precoz en la ACB, lesionado desde noviembre de 2022, regresó a la élite el domingo 30 de marzo ante el Real Madrid por las bajas de Jones y Hlinason. Ante el Dijon se doctoró, con un trabajo físico y defensivo tremendo.

En agosto de 2024 Surne Bilbao Basket anunciaba la llegada del pívot maliense Bassala Bagayoko, jugador vinculado a los hombres de negro hasta 2028, en un camino en el que el jugador nacido en Bamako el 10 de septiembre de 2006 por fin empezaba a ver la luz.
Formado en la cantera de Fuenlabrada, Bagayoko debutaba en la Liga ACB el 6 de mayo de 2021, con solo 14 años, 7 meses y 15 días, pulverizando el récord de Ricky Rubio como el jugador de debut más precoz en esta competición. Bagayoko estaba dando pasos en su formación como jugador, hasta que en noviembre de 2022 todo se quebró. Una gravísima lesión con la rotura del menisco y el cruzado frenaba bruscamente la progresión del jugador, que no ha vuelto a jugar un partido en la Liga ACB hasta el pasado domingo 30 de marzo.
Contra el Real Madrid, luego de las lesiones de Triggvy Hlinason y Marvin Jones, Bagayoko regresó a la ACB con 11 minutos de juego, con cuatro puntos y dos rebotes, en un contexto de solución de urgencia, junto con Amar Sylla, ante la repentina ausencia de jugadores interiores en el cuadro bilbaino. Y para postre, tocaba remontar un 77-58 adverso frente al Dijon.
DEFENSA Y SENSACIONES
Aunque los puntos de Abdur-Rahkman y Zoran Dragic del 41-16 del último cuarto visten mucho, la participación de Bassala Bagayoko no puede pasar desapercibida: el de Bamako jugó 16 minutos y medio, incluyendo casi todo el último cuarto, sumando 8 puntos -3 de 4 en tiros de dos y 2 de 2 en tiros libres- 4 rebotes, 4 tapones, un robo y una asistencia, para una valoración de 17. Con el maliense en cancha, Bilbao Basket ganó por 28 puntos.
Pero más allá de los números, Bagayoko dejaba una imagen impropia de un chaval de 18 años, un chaval que ha estado cedido en el Zornotza en Segunda FEB y que hasta el miércoles apenas si había dispuesto de algún minuto suelto en la FIBA Europe Cup, a cuenta de calentar motores tras tan prolongada ausencia.
«Sabíamos que la remontada era difícil, pero también que no era imposible», fueron sus primeras palabras en una improvisada presentación, con la sonrisa de oreja a oreja.
«Venía con ganas a este partido. Daba igual cómo pasaba la cosa; yo si me tenía que matar, me mataba ahí. Porque he venido con hambre», subrayó un Bagayoko que trasladó a sus escasas palabras la agresividad que mostró sobre la pista.
Su juego por encima del aro quedó patente en su primera acción: un rebote-mate que puso en pie al Bilbao Arena. Pero más allá de su capacidad atlética, ese «hambre» del joven pívot quedó patente en su esfuerzo defensivo.
No solo por los cuatro tapones y el sinfín de tiros cambiados a sus rivales, sino por la difícil tarea de salir a presionar más allá de la línea del triple y regresar a la pintura a tiempo de que los interiores rivales no hallasen posiciones de tiro.
«En el último cuarto hemos metido los triples, pero también es que hemos defendido increíble y hemos jugado a la carrera», subrayó Ponsarnau, destacando la labor defensiva de Pantzar... y de Bagayoko, que veía realizado su deseo de volver a sentirse jugador.
RESCISIÓN UNILATERAL
Más allá de su demora en el regreso a las canchas, hay que subrayar que Bassala Bagayoko firmó con Fuenlabrada hasta 2026, pero en verano de 2023 el jugador maliense decidía romper su vinculación contractual con el conjunto fuenlabreño de forma unilateral.
Ya en el momento de su marcha, Bagayoko se encontró con la amenaza del club de hacerse valer, aunque fuese por los tribunales. Una vía que volvía a abrirse luego de su llegada a Bilbao Basket, al punto que Fuenlabrada reclama 1,1 millones de euros en concepto de cláusula de rescisión, ante lo que Bilbao Basket alega que Bagayoko ya no estaba bajo contrato con el club madrileño, sino que se trataba de un «jugador libre».
En ese sentido, la ayuda de Xavi Rabaseda le está viniendo de maravilla a Bagayoko. «Cuando él habla, solo tengo que escuchar. Me decía que no era imposible esta remontada. Y él me ha dicho que cuando salga, tengo que darlo todo, y es lo que he hecho», culminó la figura que empieza a emerger en Bilbao Basket.
Asvel, último rival europeo en Zurbano
«Tenemos que dar nuestra mejor versión», dijo ayer Pablo Laso, antes de que hoy, a las 20.30, Zurbano diga adiós a la Euroliga 2024/25 ante Asvel Villeurbanne, en la penúltima jornada de la Fase Regular.
«Es el último partido en casa en Euroliga y necesitamos jugar al máximo», añadió, a sabiendas de que no es igual acabar decimocuarto -puesto que ocupan los baskonistas- que decimoquinto, plaza en la que está el cuadro de Lyon. En el reparto de premios de la Euroliga, a partir del decimoquinto clasificado, los equipos no reciben ninguna compensación. Dado que Asvel Villeurbanne y Baskonia empatan a 13 triunfos -con victoria gala en la primera vuelta-, más vale que los de Laso se lo tomen muy en serio.
Tras caer en Lugo, el entrenador de San Viator dijo que varios de sus jugadores no ejecutaron las jugadas dictadas en los tiempos muertos. Ayer quiso quitarle hierro. «Me ha pasado muchas veces en mi carrera. Todos los jugadores son diferentes y el entrenador tiene que ensamblarlos», expuso. A. G.

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