Aritz INTXUSTA
BERRIOZAR
GAZTEON EZKUTIK INDEPENDENTZIARA

«¡Somos Ernai y no pararemos hasta llevar este pueblo hasta la libertad!»

El topagune de Berriozar celebró ayer por la tarde su acto político central en el que la juventud independentista vasca -más de 4.000 personas según la organización- reivindicó su compromiso de lucha y el orgullo que esto supone. Afimaron su intención de tomar el testigo de «Txiki», a quien mataron hace medio siglo, por conseguir una «Euskal Herria libre, socialista y feminista».

Discurso político principal del topagune de 2025, que se celebró en Berriozar.
Discurso político principal del topagune de 2025, que se celebró en Berriozar. (Iñigo URIZ | FOKU)

Filas apretadas de jóvenes vieron izarse una estrella de ocho puntas liberada de sus cadenas en la carpa principal instalada en Berriozar. Otros muchos aguardaban fuera, porque no cabían. Sobre el escenario, se colocó el atril para que Amaiur Egurrola, portavoz de Ernai, ofreciera el discurso principal del topagune que se celebra desde el viernes en Berriozar y cuyo lema es “Gazteon eskutik independentziara”.

«Nosotros, jóvenes independentistas, tenemos claro nuestro papel: llevar hasta el extremo el proceso de liberación de Euskal Herria y conseguir una Euskal Herria libre, socialista y feminista. Y no, no es una elección simple, no es una opción, hemos entendido que es un deber político de los jóvenes de este país. Porque necesitamos la independencia para construir un pueblo sin ninguna opresión», subrayó.

El discurso intercaló referencias del pasado y del presente. Pronto se cumplirán 50 años del fusilamiento de Jon Paredes Manot y Anjel Otaegi, por lo que hicieron suyo el legado de ‘Txiki’: «Tenía 21 años las vísperas de aquel 27 de septiembre, cuando escribió las siguientes palabras en la cárcel de Barcelona: ‘Como última voluntad, como tantos otros gudaris, he pedido ser fusilado. Recordando a los que han muerto y llevado la ikurriña en el recuerdo ya que moriré lejos de ella’. ¡Pues sepa Txiki, que los jóvenes de hoy seguimos ondeando la ikurriña y que como ayer los jóvenes de hoy no cejaremos hasta llevar a Euskal Herria a la libertad!».

En su intervención, Egurrola se fijó en tres temas: las guerras, la extrema derecha o la «barbarie capitalista».

Sobre el primer tema, Ernai recordó que muy cerca de Berriozar hubo más de 800 jóvenes presos por ser insumisos. «¡No vamos a ir a vuestras guerras! No moriremos en nombre de vuestros intereses. Los jóvenes queremos soberanía, queremos paz, los jóvenes estamos en contra del imperialismo y la barbarie capitalista. ¡Y no seremos cómplices! ¡No a la OTAN!».

«Tenemos que dar un paso adelante -añadió Ernai-, construir otro mundo es la única garantía para la superación de toda opresión. Desde Euskal Herria, estamos en ello».

Pero hace falta trabajar más para avanzar más. «Tenemos que dar un salto», urgía Egurrola. «El momento es ahora, ahora es cuando tenemos que recorrer el camino, y seguramente nos encontraremos con contradicciones, caeremos, meteremos la pata. Seguramente sería más cómodo mantener la coherencia con las teorías perfectas, ya que supondría menos conflicto. Pero nosotros no nacimos para eso, nacimos para crear los caminos más adecuados para el proceso de liberación de este pueblo, nacimos para llevar a este pueblo a la libertad. Por eso necesitamos más que nunca sacudir a este pueblo, liberar todas nuestras capacidades y lanzar un nuevo impulso nacional: es hora de dar paso a una nueva rebelión».

«Somos Ernai y no pararemos hasta llevar este pueblo hasta la libertad!», afirmó.

UN ENCUENTRO DE TRES DÍAS

El acto central del topagune llegaba tras dos días de conciertos, jornadas de formación y de ocio. Durante la noche anterior, no paró de llover sobre la zona de acampada ubicada sobre una loma cerca del espacio central. Y, a lo largo de ayer, seguía cayendo agua de forma intermitente, pero con fuerza.

El acto arrancó con una performance con tres jóvenes que dejaban atrás un discurso individualista en favor del compromiso, y que acababan prometiendo que nadie iba a ser capaz de imponerles ni banderas ni símbolos.

Esos jóvenes cogieron cizallas y rotaflex para liberar parcialmente una estrella independentista de ocho puntas que estaba al fondo del escenario cargada de cadenas. Luego llegaron bertsos y dantzas.

Una joven realizó un breve recorrido de la lucha de la izquierda abertzale de las últimas décadas. Recordó el franquismo y a Melitón Manzanas, la Ley de Amnistía, el nacimiento del colectivo de presos, de Gestoras y luego de Etxerat. Trajo al recuerdo la dispersión, Herrera de La Mancha, el GAL, los presos muertos en la cárcel y los familiares que murieron cuando iban a visitarles. Todo ello para explicar por qué, después de tanto tiempo, se habían reunido todos esos jóvenes allí, en esa carpa de Berriozar.

Cuando terminó su relato, los tres jóvenes del principio, ayudados por otra decena más, terminaron de cortar las cadenas de la estrella para que esta pudiera izarse.

Egurrola repitió insistentemente la idea -la esencia de un topagune- de mirar a las personas de al lado. «Mirad de nuevo a vuestro lado, mirad a vuestro compañero de al lado, ahí está el compañero que os invitó a hacer vuestro primer turno, al lado tenéis a quien os invitó por primera vez a Gazteon Eskutik Topagunea, contigo también está la compañera feminista y a su lado, otras tantas y otros tantos».

El mensaje, sin obviar las dificultades, fue optimista, de que lucharán y de que ganarán: «El independentismo de izquierdas tiene cada vez más apoyo, cada vez somos más los ciudadanos que compartimos los valores que representa. Además, cada vez es más intenso el latido a favor del cambio social y político entre la sociedad vasca».