Automatismos pendulares nos describen como una sociedad compleja y acomplejada. La retórica invade el pensamiento líquido, quema las conexiones con lo fundamental y nos convierte en fenómenos estadísticos antes que en ciudadanos. Por eso hay que propiciar los encuentros en vivo y en directo. Según qué autoridad relativista atiendas, hay una decadencia notable en las aplicaciones de citas amorosas y proclaman que se ha vuelto al ligue en discoteca, lugar de trabajo, restaurante o cola del cine. Quizás sea propiciado por ese programa de fantasía erótica folklórica que se llama “First dates”, donde hay más guión que en todos los espacios de realidad coloreada con famosos o presuntos.

Ver desfilar a unos centenares de militantes o simpatizantes de Falange Española nos coloca ante una advertencia de la realidad porque se trataba de jóvenes, convencidos o sacados de una convocatoria remunerada, pero que describen una parte de este cuadro barroco del que formamos parte de manera involuntaria o muy activa. Atentos siempre a las evoluciones de la jerga reaccionaria y autoritaria porque es obvio que están en la lucha cultural y, sobre todo, en la apropiación de palabras y conceptos.

La palabra suicidio es estigmatizante, se mantiene en muchas capas sociales la idea de pecado, se usa un doloso secreto público, la manipulación de las estadísticas, pero un reciente estudio nos indica que los varones se suicidan tres veces más que las mujeres. Y da que pensar. Por eso recomendamos en todos los supuestos encuentros acolchados que inciten y prevengan.