Paradojas centrifugadas del ordenamiento jurídico que usa un lenguaje contaminado para crear un manto de incomprensión que se pueda usar de manera dogmática para alzar el puño o la mano abierta. Si existen sesenta y cinco mil anuncios de pisos turísticos ilegales a los que un ministerio les recomienda u obliga a que los retiren, ¿por qué no se actúa de manera directa y se neutralizan, se impide su alquiler, se cierran, se multa a sus propietarios y a las plataformas que los comercializan? Pareciera que el delito es anunciarlos y no su existencia ilegal. Aunque un piso ilegal es una rueda de molino cuadrada.

Hemos visto una imágenes televisivas que encadenadas nos sitúan de nuevo ante la imposibilidad de respirar con alivio en estos tiempos. El representante palestino en la ONU, desesperado, llorando y reclamando atención al terror sufrido en Gaza y por otro un naufragio de un cayuco a cinco metros del muelle en Canarias, donde han fallecido siete mujeres, algo realmente incomprensible. Ya forman parte de una colección de imágenes que nos quiebran la voz, nos hunden en una suerte de miseria moral humanista y nos cuesta remontar la confianza en nuestra especie.

Porque tengo una duda razonable, en este fango hediendo en el que se mueve la vida política, policial, judicial y mediática española, que Alberto «Quirón» González , presunto novio de Isabel Díaz Ayuso, sea procesado por fraude fiscal y falsificación de documentos por una jueza es motivo de ¿alegría, sorpresa, temor o indiferencia? Atentos a las pantallas que viene tormenta.