Iruñea apura los preparativos con emoción, porque ya falta poco
A escasas horas de que arranquen las fiestas, Iruñea apura emocionada los últimos preparativos, en medio de una masa de turistas de las más variadas procedencias que pulula entre las tiendas de ropa y de bocadillos y bebidas que han salido como setas, y entre repartidores que trabajan sin descanso para que no falte nada.

Con emoción contenida, la capital navarra apura los últimos preparativos de las fiestas entre una legión de turistas, tiendas ocasionales y repartidoras y repartidores trabajando sin descanso, porque ya falta muy poco para que empiecen los sanfermines.
Las prisas que suelen presidir el 5 de julio para dejar todo cerrado antes de que arranquen las fiestas se trasladaron a ayer, última jornada laborable para la mayoría de los mortales. Así que ese estrés que suele presidir «el día del fin del mundo», como se suele conocer al 5 de julio, se adelantó un poco en una ciudad que ya se ve asaltada por lo que está a punto de comenzar.
De hecho, un simple paseo por los puntos neurálgicos de Alde Zaharra arrojaba un panorama marcado por las fiestas. En la cuesta de Santo Domingo han aparecido en unos pocos metros tres tiendas de ropa sanferminera con los logotipos más variados y peculiares, pero todo marcado por el blanco y el rojo.
A escasos metros, siete niños subidos en el vallado próximo a la parte posterior del Ayuntamiento posaban para una señora que, acto seguido, les trasladaba hasta la vacía hornacina de San Fermín, ya que la figura había sido retirada ayer mismo para ser colocada cada día poco antes de comenzar el encierro.
La ausencia del inquilino habitual no era un obstáculo para que el grupo infantil se convirtiera en un coro de voces blancas para hacer el cántico de rigor, que se vio interrumpido por la irrupción de la villavesa, que generó entre la chavalería el grito de «toro, toro», como aventajados corredores del encierro que da término extraoficial a las fiestas el 15 de julio.
El mismo grito generaron los vehículos que aparecieron a continuación y que eran la furgoneta de una televisión y un camión de reparto de bebida, como símbolos de otros elementos más de la fiesta.
De hecho, la zona de la plaza consistorial se veía atravesada por los cables más diversos, que servirán para llevar a la pequeña pantalla momentos como el txupinazo, protagonizado en esta ocasión por Yala Nafarroa con Palestina, y los encierros, y que recogerán esas cámaras que se veían asomando el objetivo por diversos puntos del recorrido.
Los que corrían que se las pelaban por esa zona eran los repartidores, que vivían con frenesí estas últimas horas previas al comienzo de los sanfermines adentrándose en varios establecimientos con carros de ruedas a rebosar de bebida, hielos, lo que toque...
Lo hacían esquivando a una pareja con un hijo pequeño al que le iban cantando el clásico «A San Fermín pedimos...» y a los grupos de turistas que se quedaban clavados en mitad de la calle escuchando las explicaciones de su correspondiente guía, que, en la curva de Estafeta, explicaba a sus clientes cómo tomarla de la forma más apropiada si se animaban a correr el encierro.
En otro caso, el grupo se vino arriba en el sentido más literal y no tuvo ningún problema en protagonizar un «gusanito» en plena plaza Consistorial, con sus integrantes luciendo el pañuelo rojo como si la fiesta ya hubiera empezado.
El que también parecía tener mucha prisa era otro guía que se las tenía que ver con un nutrido grupo de 30 turistas, a los que intentaba arrancar del vallado de la bajada del callejón, donde no daban descanso al móvil sacándose fotos, para seguir su ruta.
Mientras portaba en alto un banderín, se desgañitaba vociferando sin parar «Let´s go, go, go, go!!» para acercarlos al Monumento al Encierro, como un corredor que intenta llevar a corrales a un toro rezagado a punta de periódico.
PROHIBIDO SUBIRSE AL MONUMENTO
Las sombras estaban cotizadas en los alrededores del conjunto escultórico, donde algún visitante no podía resistirse y se encaramaba para colocarse ante las astas de uno de los toros de bronce y lograr una instantánea más potente. Una actitud inapropiada que le acarreó la bronca de una lugareña, que le gritó cabreada: «¡Está prohibido subirse al monumento!».
Pero como quien oye llover, tal vez simplemente porque no le había entendido, ya que un pequeño paseo por la Estafeta permitía escuchar inglés, francés, alemán y alguna lengua asiática, probablemente japonés, a tenor del aspecto de sus hablantes.
En otros puntos, cerca del pozo de San Santurnino, lo que se oía era la lengua de casa. «Urduri?», preguntaba un paseante a un colega al que acaba de ver. «Bai!», reconocía su interlocutor. Era una de las muchas conversaciones que se cruzaban entre los lugareños, que cerraban agendas sobre el almuerzo de tal día, el vermut torero de tal jornada o la quedada para acudir con la chavalería a los gigantes.
Todo huele a sanfermines y la ciudad termina de prepararse para la que se avecina de diferentes maneras. Así, en algunos tramos del encierro, los adoquines han blanqueado a pesar de las elevadas temperaturas de los últimos días. Es producto de la aplicación de los 1.500 litros de antideslizante extendidos en 1.875 metros cuadrados de puntos críticos de la carrera.
Esta sustancia se empezó a aplicar a modo de prueba piloto hace veinte años y se ha asentado, generando cambios en el encierro, hasta el extremo de que la carrera ha ganado en velocidad al no disgregarse la manada a causa de caídas, de tal manera que cada vez son más habituales marcas que se quedan en los 2 minutos y 30 segundos.
«NO ORINES AQUÍ»
Hay cosas que cambian en los sanfermines y otras que cuesta cambiar, como es el caso de los orines en la calle. Aunque cada día se encargan de limpiar las calles de la ciudad entre 245 y 317 personas, y que el Ayuntamiento invierte cada año cerca de 200.000 euros en el refuerzo de los aseos públicos, no falta ese comportamiento incívico.
Este año, el bando de San Fermín del Consistorio recuerda que «será sancionado quien orine en la acera o espacio público». Y para que nadie se pueda hacer el despistado, en lugares donde habitualmente se producen esas conductas, se colocará unas lonas con el mensaje: «¿De verdad? No orines aquí. Busca un WC cercano». Estará escrito en castellano, euskara, inglés y francés y, además, alertará del riesgo de multa.
En ese mismo bando firmado por el alcalde, Joseba Asiron, se recuerda otras cuestiones, como la obligatoriedad para todos los establecimientos del uso del vaso reutilizable con Sistema de Depósito, Devolución y Retorno frente al uso del vaso desechable y la obligatoriedad de la doble puerta estanca para los establecimientos ubicados en el ámbito de Alde Zaharra. Si no se cuenta con ella, se plantean alternativas o se limitará el horario de emisión musical.
También figura una cuestión primordial relacionada con el derecho a la igualdad, la diversidad y al empeño de ser una ciudad libre de agresiones sexistas. En concreto, se avisa de que no se tolerará «ninguna manifestación de LGTBIfobia» y se recuerda que «las agresiones sexistas contra las mujeres, de cualquier edad y en cualquier situación, serán perseguidas y sancionadas».
Además, se anima «a la ciudadanía a adoptar una actitud activa frente a cualquier tipo de agresión contra las mujeres, y a socorrer o apoyar a la mujer agredida y aislar al agresor».
De nuevo, la plaza del Castillo acoge el punto de información sobre agresiones sexistas y una mano roja gigante recuerda en la avenida de Carlos III ese espíritu de la ciudad.
Como se recalcó ayer en la presentación de este servicio, se trata de «un punto de información, sensibilización, prevención y actuación frente a las agresiones sexistas, y como espacio de referencia para la escucha activa y para el registro de incidencias».
Por lo tanto, «no se trata de un servicio de atención a víctimas, pero facilita información sobre los recursos municipales disponibles y tienen potestad para activar los servicios de acompañamiento y los protocolos correspondientes en caso de agresiones».
El espíritu igualitario al que hace referencia el bando incluso se hace presente en el XXIV Concurso Internacional de Fuegos Artificiales de Autor de San Fermín, que será el más femenino de la historia de la ciudad.
Por primera vez, son mayoría entre las pirotécnicas que participan, pues cinco de nueve concursantes son mujeres. Pero es que, además, es un hito histórico, ya que nunca antes habían participado más mujeres que hombres entre las pirotecnias que alguna vez han disparado en los sanfermines desde que existen registros de contratación de fuegos artificiales en las fiestas, que datan de 1596, es decir, en 429 años.
Además, también por primera vez en 24 años de concurso, hay una participante iruindarra, Andrea López Lana, que se estrenará en la ciudad, al igual que otros seis concursantes, mientras que dos de las mujeres pirotécnicas ya habían estado con anterioridad.
Son más referentes de unas fiestas que están a la vuelta de la esquina y por las que suspira la población de Iruñea mientras contempla emocionada esa cuenta atrás que se aproxima inexorable a su final. Porque ya falta muy poco para los sanfermines.

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