D. L.
OFERTA DE PAZ DEL PUEBLO KURDO

El PKK entrega al fuego sus primeras armas tras el anuncio de Öcalan

En una ceremonia en la simbólica cueva de Yasana, 15 gerrilleras y 15 guerrilleros del PKK entregaron sus armas al fuego «por voluntad propia y por la paz». Lo hicieron entre medidas de seguridad tras el sobrevuelo de drones horas antes. Recep Tayyip Erdogan hablará hoy sobre el proceso. ¿Honrará la oferta del pueblo kurdo, por boca de Abdullah Öcalan, o volverá a despreciarla?

Los comandantes Bese Hozat y Behzat Carçel.
Los comandantes Bese Hozat y Behzat Carçel. (Shwan MOHAMMED | AFP)

Después de cuatro décadas de lucha armada contra Turquía por el reconocimiento de la existencia del pueblo kurdo, una treintena de combatientes del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) iniciaron ayer su proceso de desarme, anunciado dos días antes desde la cárcel de la isla-prisión de Imrali por su líder, Abdullah Öcalan, y confirmado un día después por el prokurdo Partido por la Igualdad y la Democracia Popular (DEM).

«Como muestra de buena voluntad y de nuestra determinación por el éxito práctico del proceso de paz y con el objetivo de continuar nuestra lucha por la libertad, la democracia y el socialismo mediante la política democrática y por vías legales, nos presentamos hoy aquí para destruir nuestras armas por voluntad propia», señala el comunicado del PKK difundido a través de la agencia kurda ANF.

En la ceremonia participaron 15 hombres y 15 mujeres, entre ellas Bese Hozat y Behzat Carçel, dos de sus máximos dirigentes, informó la citada agencia, proscrita en Turquía.

Un vídeo difundido por la guerrilla en internet mostraba un espacio acondicionado con una tribuna y gradas para observadores, así como un enorme caldero metálico.

Tras la lectura del comunicado, en turco y en kurdo, Hozat recordó que «deben hacerse reformas legislativas y constitucionales para que este proceso llegue a buen fin. Para ello, ante vosotros como testigos, destruimos nuestra arma», anunció la portavoz.

Acto seguido, las y los guerrilleros, con su tradicional uniforme de combate, se acercaron uno por uno al caldero para arrojar su fusil de asalto y su cinturón de munición.

Finalmente colocaron unas teas encendidas y las armas prendieron fuego y ardieron.

La ceremonia tuvo lugar por la mañana en la cueva de Yasana, conocida por albergar una imprenta que publicó uno de los primeros periódicos kurdos. La cueva se halla a unos diez kilómetros al sur del embalse de Dukan y a unos 50 al noroeste de la ciudad de Suleimaniya, cocapital junto a Erbil del Kurdistán Sur (Basur), en el norte de Irak.

El PKK decidió hace unos días vetar el acceso a los reporteros por «motivos de seguridad», y distribuyó las imágenes tras el fin de la ceremonia, que duró unos 20 minutos.

Entre el pequeño número de invitados asistieron, entre otros, miembros del DEM y el parlamentario de EH Bildu Igor Zulaika.

También representantes del Gobierno autónomo del Kurdistán y su presidente, Nechirvan Barzani, pero no se especificó quiénes fueron enviados por Ankara, aparte de miembros de los servicios de Inteligencia, según medios turcos.

Su jefe, Ibrahim Kalin, desembarcó el martes en Bagdad y se entrevistó en Erbil con gobernantes locales.

DRONES AMENAZANTES

Las autoridades locales kurdas habían anunciaron el derribo de dos drones cerca de posiciones de las fuerzas kurdas unas horas antes del inicio del acto. El general de brigada Ahmed Latif, portavoz de la 70.ª unidad peshmerga en Suleimaniya, denunció que «un dron sobrevoló la zona de mando a las 22.45 del jueves y fue derribado en una zona desierta cercana», eso sí, sin provocar daños personales ni materiales.

El Servicio Antiterrorista del Kurdistán informó de que otro «dron cargado con explosivos fue derribado a la 1.35 (de ayer) cerca de posiciones peshmerga en Altun Kupri, provincia de Kirkuk», igualmente sin causar víctimas ni daños.

El PKK alertó recientememente en un comunicado de que «un grupo desde dentro del Estado turco está buscando sabotear el proceso».

El Ejército turco bombardea periódicamente las posiciones guerrilleras en los montes Qandil, donde el PKK tiene su retaguardia desde 2015.

Suleimaniyah, la segunda urbe de la Región Autónoma del Kurdistán iraquí, se halla a un centenar de kilómetros al sur de los montes Qandil.

Su fuerza política dominante, el socialdemócrata PUK (Unión Patriótica de Kurdistán), del clan de los Talabani, mantiene una relación más cordial con la guerrilla del PKK que el Gobierno autónomo, con sede en Erbil, del clan de los Barzani (PDK, derecha), aliado estratégico de Ankara.

Tras la quema simbólica de armas, que el PKK presentó como «operación histórica y democrática», la columna guerrillera regresó a las montañas.

SABOTAJES Y GESTOS

La guerrilla kurda no solo denunció intentos de torpedear el proceso desde el llamado Estado profundo, sino que acusó al Gobierno del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, de no mover ficha.

El portavoz del partido gubernamental, el islamista AKP, Ömer Çelik, dijo que Erdogan tiene previsto dar hoy mismo un discurso «histórico», que podría aclarar por ahora desconocidos del proceso.

Çelik señaló en entrevista a la cadena turca NTV que el proceso de desarme del PKK «debería completarse en unos tres a cinco meses, ya que si dura más se expone a provocaciones». Respecto a la posible reintegración de los guerrilleros actualmente acuartelados en las montañas del norte de Irak, aseguró que «se diferenciará entre los que tienen delitos y los que no».

«Las Fuerzas Armadas turcas (que patrullan una franja ocupada en el norte de Irak) emiten anuncios para que se entreguen; si alguien se entrega y no se encuentra nada contra él, no pasa nada. Si se encuentra algo, hay distintos procedimientos», aseguró.

EL FUTURO DE «APO»

Tanto la guerrilla como la mayoría del pueblo kurdo, reclama como gesto a Ankara la puesta en libertad de su líder indiscutible e indiscutido, Abdullah Öcalan, a quien apodan cariñosamente Apo (tío, en kurdo).

En su mensaje en vídeo hecho público el miércoles Öcalan, flanqueado por seis prisioneros de la guerrilla que él mismo fundara en 1984, señaló que su hipotética puesta en libertad «no es una cuestión individual» sino que está ligada a la libertad de la sociedad.

Al negarse a vincular su destino personal con el futuro del proceso, Öcalan «matiza al PKK, que solicitó su liberación para que pudiera completar con éxito el proceso», señala el historiador de los movimientos kurdos Boris James.

El experto pone, sin embargo, el acento en una cuestión mucho más importante: la ausencia de «un tercero que garantice la integridad del proceso (...) Existe una desconfianza muy fuerte entre el PKK y el Estado turco, pues este ha dado pocas garantías» a los combatientes kurdos.

Y es que no es la primera vez. Ya en 2009, una columna guerrillera cruzó la frontera con Kurdistán Norte como gesto de buena voluntad y fue aclamada por la población kurda. Ankara y Erdogan dieron al traste con esta y posteriores oportunidades.

El tiempo dirá si vuelven a cometer el mismo error.



Política, garantías y liberación de su líder

La comandante Bese Hozat, copresidenta del Consejo Ejecutivo de la KCK (Unión de Comunidades Kurdas), a la que pertenece la guerrilla, declaró que el PKK quiere participar en la política turca, pero insistió en que son necesarias garantías de seguridad para sus combatientes, así como la liberación del líder histórico, Abdullah Öcalan, para que «lidere y gestione este proceso libremente». «Es nuestra principal demanda y una condición fundamental» para avanzar, aseguró en una entrevista con AFP, en la que agregó que si se promulga rápidamente una ley al respecto, «regresaremos y todo se resolverá en una semana. Hasta que esto suceda, es muy improbable que este proceso continúe con éxito».

Exigió garantías de seguridad para que los combatientes que se han retirado al norte de Irak puedan volver a Turquía y a Kurdistán Norte. «Sin garantías legales y constitucionales, acabaremos en prisión o muertos», afirmó. Y recordó que desde mayo el PKK «ya no existe». «El Estado turco debe concedernos el derecho a participar en la política democrática (...) Estamos listos y dispuestos a participar» en Turquía y en Kurdistán, señaló.GARA



Erdogan: «Paso importante»

El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, que hoy tiene previsto dar un discurso en el que se espera que hable sobre el proceso de paz, calificó ayer el gesto del desarme del PKK como un «paso importante» hacia una «Turquía libre de terrorismo» y para el «establecimiento de una paz duradera» en la región, según escribió en la red social X.

El líder ultranacionalista turco Devlet Bahleçi, aliado del AKP y del Gobierno de Erdogan, opinó que «el PKK ha cumplido su palabra» y que «al completarse el desarme en el periodo previsto, se dejarán atrás las memorias dolorosas», alabando también «la posición prudente y responsable del DEM».

También expresó su satisfacción Özgür Özel, líder del mayor partido de la oposición, el kemalista CHP, muy crítico en el pasado con los anteriores intentos de poner fin al conflicto, que pidió que el proceso avance con la máxima transparencia. «Este proceso debe dirigirse con pasos rápidos y decididos, sin dejar fuera ningún partido ni ningún sector de la sociedad, sin ocultar nada a la nación, bajo el paraguas del Parlamento y con respeto al consenso social», escribió Özel en la misma red social.

El izquierdista prokurdo DEM declaró ayer que Turquía entra en una «nueva era» tras un acto que calificó de «punto de inflexión histórico», y afirmó haber solicitado la liberación de sus dos excopresidentes encarcelados, Selahattin Demirtas y Figen Yüksekdagç. «La decisión del PKK de decir adiós a las armas revela la confianza en que no solo el problema kurdo sino todas las cuestiones de Turquía se pueden resolver por vías democráticas», añadió en X. «Empieza una nueva era de democracia, igualdad y paz no solo para la lucha legítima del pueblo kurdo por la libertad, sino para Turquía y todo Oriente Próximo», agregó.GARA