El presidente francés, Emmanuel Macron, afirmó ayer que «la libertad nunca ha estado tan amenazada» desde el final de la Segunda Guerra Mundial. «Vivimos un período de convulsión», declaró el jefe de Estado francés en su tradicional discurso a las Fuerzas Armadas en vísperas del Día de la Bastilla. Macron alertó sobre «el imperialismo y las potencias anexionistas», en referencia a Rusia, y aseguró que «la paz en nuestro continente nunca ha dependido tanto de nuestras decisiones actuales».

«Ante la incertidumbre estadounidense, los planes chinos y la amenaza rusa, la fortaleza europea es nuestro mejor escudo», aseguró.

Consideró que como el orden internacional establecido tras la Segunda Guerra Mundial está cada vez más cuestionado y debilitado y «como ya no hay reglas, prevalece la ley del más fuerte».

Y a continuación se sumó a esta deriva apostando por la militarización al asegurar que «para ser temido hay que ser poderoso».

Con ese propósito, Macron pretende aumentar el presupuesto militar previsto, añadiendo un gasto de 3.500 millones de euros en 2026 y 3.000 millones más en 2027.

Estos incrementos se suman a los aumentos presupuestarios anuales ya previstos en la Ley de Programación Militar, con lo que el presupuesto de defensa casi se habrá duplicado en diez años durante los dos mandatos del presidente, pasando de 32.200 millones de euros en 2017 a casi 64.000 millones en 2027, el 2,3% del PIB.

Ese año, el Estado francés dedicará al gasto militar el presupuesto que había previsto alcanzar en 2029, lo que supone un acelerón de dos años.

«SIN DEUDA»

Macron hizo luego encaje de bolillos para defender que semejante aumento no afectará al endeu- damiento en una economía cuyo déficit público ya alcanzó en 2024 el 5,8% del PIB y con uno de los niveles de deuda pública más elevados de la UE, por encima de los 3,3 billones de euros, el 113% del PIB.

Macron sostuvo que no se trata de «un rearme que requiera deuda». «Nuestra independencia militar es inseparable de nuestra independencia financiera, por lo que se financiará con más actividad y más producción», argumentó.

Sostuvo que el gasto militar también constituye «una fuente de riqueza para nuestro PIB», ya que los equipos se compran principalmente a fabricantes franceses.

«Todos deben estar en su puesto de combate», arengó a sus ministros. «Nadie puede quedarse de brazos cruzados. Llevamos ventaja, pero mañana, al mismo ritmo, nos adelantarían», aseguró el presidente, instando a los parlamentarios a votar el presupuesto de 2026 cuando llegue a la Asamblea sin retrasos ni censuras.

Invitó al pueblo francés a «consentir este esfuerzo» porque «la salvación de la patria exige que gastemos más en nuestra defensa y que cada uno asuma su parte de la carga».