Raimundo FITERO
DE REOJO

De espaldas al calendario

Son cerca de las dos de la tarde de un lunes del mes de julio y todavía no ha aparecido ninguna nueva filtración de los imaginativos informes de la UCO para darle un poco de oxígeno al hombre menguante de mal carácter que sueña con llegar a la Moncloa a lomos de unos camisas pardas. La brigada togada está dando muestras sobradas de su fidelidad al régimen autocrático anterior. Vamos a ver el siguiente paso coreográfico que dan.

La verdad sea dicha, no sé dónde fijar la mirada. El calendario avanza a una velocidad subjetivamente ultrasónica. Aunque bien mirado, el calendario está donde estaba ayer, no se ha movido, lo que se ha movido es el empaquetado del concepto tiempo que tenemos en esta cultura tan apegada a los cupos religiosos. El sol. Los que hemos padecido un melanoma tenemos una relación muy traviesa con la luz solar que nos manda Lorenzo. Sí, pero no. No, pero sí. Por lo tanto, hacemos como si no existiera un problema realmente inquietante con la violencia de los ultras que se manifiesta con una impunidad sospechosa. Policías, jueces y medios de comunicación han creado una protección absoluta ante estos desmanes que suceden de manera constante.

Es una obligación estar alerta en todos los frentes, han emprendido una reconquista de sus privilegios franquistas, utilizan cualquier hecho que escape de su estrecha compresión del mundo actual y están, desgraciadamente, en la ola predominante en la política global. Me sale un expresión muy azucarada: hay que defender los valores democráticos de manera inteligente y contundente con los dientes.